La Lechería Bera de Turín, conocida como la “lechería de hermanas“, es desde 1918 un bastión de la tradición gastronómica piamontesa. Más de 80 tipos de quesos, embutidos locales y postres tradicionales llenan los estantes de esta tienda histórica. Adquirida en 1958 por las hermanas Romola y Marta Bera, y posteriormente por Bruna, la quesería ha mantenido su encanto de época, enriqueciéndose con la contemporaneidad con la animada gestión de Chiara, sobrina de Romola, desde 2015.
Los años pasan pero.. ¡la dulzura permanece! (Fuente IG @LatteriaBera)
La introducción de la “panna da passère”, una delicada crema batida que se vende como postre para llevar, ha sido un gran éxito y se ha convertido en una tendencia culinaria entre los turineses y visitantes. ¿Su secreto? La histórica batidora planetaria Steno, utilizada para montar nata fresca según una receta secreta transmitida de generación en generación.
Chiara revolucionó el concepto de postres para llevar con su crema batida ligera y fragante, ofrecido en cómodos vasos o cuencos para llevar para disfrutar de un dulce descanso bajo las arcadas de Turín. Las variantes enriquecidas con chocolate, canela y galletas locales como los torcetti y la pasta de meliga ofrecen una experiencia de degustación única, junto con el famoso zabaglione turinés, disponible solo o acompañado de nata.
Zabaione, una de las especialidades más queridas de Turín, nació a unos pasos de la Quesería de Bera, gracias al fraile español Pasquale Baylòn, quien en el siglo XVI añadía vino dulce batiendo huevos con azúcar. Esta receta fue tan apreciada que se convirtió en un imprescindible entre los pasteleros locales, y desde 2015 el zabaglione es reconocido como Producto Agroalimentario Tradicional del Piamonte. Latteria Bera ha sabido renovar la tradición de las “lecherías” de Turín con su crema para llevar, interpretando el piamontés en clave moderna y respondiendo a la demanda contemporánea de una comida de calidad que se pueda disfrutar de forma práctica y rápida. Su innovación trajo un nuevo espíritu a la tradición gastronómica de Turín, confirmando a Latteria Bera como un punto de referencia cultural y gastronómico en la ciudad.
