En el año de Vasari finalmente se popularizó el Retablo de Albergotti

En el año de Vasari finalmente se popularizó el Retablo de Albergotti
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Este 2024, año de Vasari que celebra el 450 aniversario de la muerte del gran protagonista del Renacimiento, conviene recordar a los arezzos, pero no sólo, que Vasari fue efectivamente un arquitecto famoso de su época (1511 – 1574). , el escritor de las Vidas” (obra fundamental para la historia del arte en el mundo), también fue un pintor talentoso, tanto es así que recibió encargos de los temas más importantes del Renacimiento (los Farnesio, el Vaticano y los Medici, ante todo).

De sus muchas obras aretinas, nos gusta recordar la que, si no la más grande, sí es sin duda una gran obra. Se trata del Retablo de Albergotti, hoy expuesto en la contrafachada de la Badia di Santa Flora e Lucilla, precisamente en la Piazza della Badia, en el centro de nuestra ciudad natal.

Realizado por Vasari (1567), de cincuenta y seis años, el retablo muestra todas las habilidades del gran pintor manierista, contemporáneo de su amigo Miguel Ángel. Fue encargado por una familia florentina, pero luego fue adquirido por doscientos escudos por la familia Albergotti, una de las principales de Arezzo.

El gran retablo representa la asunción y coronación de la Virgen y se colocó inicialmente en la capilla del Albergotti de la Pieve de la ciudad, la iglesia donde el propio Vasari había sido bautizado. Luego se trasladó a Badia en 1865, cuando se decidió devolver el aspecto de la iglesia parroquial al románico medieval (con algunos añadidos cuestionables).

El retablo representa a los apóstoles “terrenales”, asombrados por la ascensión de María al cielo, y a la propia Virgen coronada sobre las nubes.

De esta obra del gran Arezzo llama la atención la calidad del diseño, pero también la de la paleta de colores utilizada, diferente a las demás conocidas. Cabe señalar que aquí hay pocas intervenciones de colaboradores, a diferencia de otras obras de Vasari, en las que incluso el maravilloso dibujo del gran pintor se vio afectado muchas veces por la intervención de sus alumnos.

El color general de la pintura casi parece volverse rosa, a pesar de que nunca se utilizó el color rosa.

En la representación de los santos apóstoles, el autorretrato de cuerpo entero de Vasari hace un gran espectáculo, pues además de tener algunos años, se presenta hermoso y fuerte.

Ciertamente el nuestro ha alcanzado niveles muy notables en el Vaticano como en Nápoles, Florencia, Bolonia y Venecia, pero este retablo, finalmente hay que reconocerlo, ciertamente no debe ser considerado entre sus obras menores, especialmente hoy, que el estudio RICERCA (en 2008) lo ha devuelto limpio de los vapores de cientos de años.

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