nuestro viaje al Palisandro Castiglion del Bosco

Castiglione del Bosco es un lugar que no se puede llamar resort o simplemente destino de lujo. Quizás el reclamo que lo acompaña, “sentido de lugar”, sea el más representativo. Sentido de hogar. Un lugar en el mundo.

Castiglione del Bosco no tiene puertas, se llega por un camino de tierra que evoca un lugar atemporal, donde todo se detiene. Alrededor hay villas, parte de las 2.000 hectáreas de finca. Eran las masías del pasado, construidas en los siglos XVII y XVIII, hoy transformadas en residencias privadas inmersas en la campiña de Val d’Orcia, en Toscana. Un antiguo pueblo que aún alberga las ruinas del castillo del 1.100 d.C. y una iglesia medieval del siglo XIV, aún consagrada. Luego los bosques poblados de ciervos y gamos.

Massimo y Chiara Ferragamo se enamoraron hace más de 20 años de este lugar, ahora gestionado por el grupo hongkonés Rosewood. Se trata de su primera ubicación en Italia, y próximamente llegará a Roma (con vistas a Via Veneto y ubicada en las instalaciones de una antigua sede del banco BNL), Milán (cerca de Via Montenapoleone) y Venecia.

El viaje a Castiglion del Bosco forma parte de una experiencia reveladora la esencia de la toscana. Nos movemos inmersos en el verdor del campo, patrimonio de la UNESCO y cuna de Brunello di Montalcino. Fue la bodega, entre los miembros fundadores del Consorcio del Vino Brunello di Montalcino en 1967, la que trajo a los antiguos propietarios a este lugar escondido.

Hoy en día, Rosewood gestiona aquí 42 suites y 11 villas (nueve de las cuales acaban de ser renovadas). El alma de la estructura se compone de 3 partes principales. Hay hospitalidad con suites, villas y dos restaurantes, la parte de la bodega y el club de golf, el primero y único privado en Italia. Las tres partes conversan, conviven y conviven para brindar al huésped la inolvidable sensación de “experiencia”. Porque aquí todo es experiencia.

El diseño de las habitaciones está cuidado al detalle para evocar la cálida y aristocrática bienvenida de la campiña toscana. Hay atención al huésped que no puede evitar sentirse como en casa en los cómodos sillones del salón y en los refinados mimos que recibe cada vez que regresa a la habitación.

El dos piscinas climatizadas a disposición de los huéspedes con vistas al bosque que, en cualquier época del año, transmite serenidad y autenticidad. Algunas de las habitaciones dan al centro del pueblo. Donde antes estaban los cuarteles ahora hay suites como casas. En Castiglion del Bosco aún quedan quienes nacieron allí y reviven cada día el ambiente de su infancia. El coste de la junior suite con desayuno incluido es de 2.750 euros mientras que una suite borgo alcanza los 4.167 por noche.

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