Reggio 1945. La posguerra y la vuelta a la normalidad

¡Mussolini ha vuelto! Reggio salió de la guerra hace unas semanas. En el teatro Ariosto un líder partidista es encontrado degollado. Son los días calurosos en los que los escombros humeantes de ciudades y vehículos son escenario de venganzas, castigos, ira y envidia consumidas como desahogo. El momento en el que es lícito desahogar una ira telúrica albergada por la guerra. Y es también el contexto en el que Marino Mussolini regresa a la Policía, después de haberla abandonado unos años antes por conflictos con el Partido en el poder. “Es paradójico que alguien con ese apellido se haya retirado a la vida privada precisamente porque era antifascista”, sonríe Gabriele Di Giovanni, 51 años de Reggio Emilia y padre del personaje que vive en Reggio desde antes hasta después de la última guerra.

En Sangre quiere sangre (ediciones Andata&Ritorno, 15 €, página 202) nos habla de los días de aquel período, inmediatamente después del 25 de abril, las calles, los edificios, la gente de Reggio Emilia, los aliados, los partisanos y los vencidos. Y las ganas de empezar a esperar de nuevo el mañana.

“La ciudad entera estaba ahora invadida por un nuevo frenesí de esperanza, una emoción de reconstrucción no sólo de los edificios dañados por la guerra, sino sobre todo inherente a aquellas relaciones que los últimos años difíciles habían dañado. Por supuesto, había sido necesario purgar los cargos públicos y a los fascistas de las fábricas y esto había creado episodios de denuncia y venganza reprimida. Cada día, Reggio Democrática, el periódico Cpln, informaba de largas listas de fascistas y colaboradores detenidos sobre la captura, en Salò, del comandante provincial de. La Guardia Nacional Republicana tuvo particular resonancia, el coronel Anselmo Ballarino y Augusto Rossi, ex director del Solco Fascista. Pero en aquella mañana de mayo, soleada y agradable por una ligera brisa, prevaleció el optimismo y la alegría por la nueva primavera de la libertad. El comisario estaba sombrío y tenso: no sabía muy bien qué esperar de aquella llamada y, sobre todo, muchas cosas habían cambiado desde que, en 1938, le estrelló su placa en la cara al entonces comisario de policía”, se lee en el novedoso.

“Quería escribir un texto que espero ayude a percibir ese contexto a quienes, hoy, sólo pueden oír hablar de él”, subraya el autor. Y entre las páginas de los cuatro volúmenes que tienen a Mussolini como protagonista emerge una ciudad y su provincia, desde el Po hasta los Apeninos, que primero se desliza casi inevitablemente hacia la guerra, luego la sufre y luego, devastada, se levanta llena de esperanza para el futuro. . Entre la vida cotidiana y los grandes acontecimientos, entre las galerías y el escenario donde se escenificaron esos años, Di Giovanni habla de la Reggio Liberata, con un final que sorprende al lector y le recuerda que somos Historia…

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