Todo está permitido en un régimen nazi democrático, todo está permitido porque ahora se está volviendo normal meter las manos en los bolsillos de los italianos y sentirse halagado. Bueno, casi halagado. Halagados porque en los últimos años se ha aplicado el concepto de que no se debe nada, por lo que es justo que se pague todo. Entonces si tienes que pagar un impuesto, es decir, el billete y tienes que pagar un impuesto adicional, es decir, la operación con el POS, todo es legal.
Pero a este dinero que se raspa todo el tiempo lo llaman con varios nombres. Los bancos las llaman comisiones, billete Asp, luego están las distintas tasas, peajes, timbres, etc. ¡Es extraño que no hayan reevaluado el deber!
Hace un tiempo Meloni quiso quitar las comisiones al POS porque era moralmente incorrecto y se podían dar casos como el artículo.
Bueno, Meloni luego se retractó de todo, diciendo que era “inconstitucional” quitarle ganancias a las empresas privadas. ¡En cambio, es constitucional que los bancos se enriquezcan cada vez más! Si Meloni y su gobierno hubieran estado a cargo, seguramente no habríamos leído este artículo hoy y muchos comerciantes y artesanos no tendrían el problema de pagar por cada transición. En la práctica, estas tarjetas deberían funcionar como dinero: me das 10 euros y yo meto 10 euros en el bolsillo en lugar de 9,95 euros. Así que si tengo que ir al supermercado ya no tengo 10 euros para hacer la compra, sino 9,95 euros. Pero el paseo con este juguete es aún más morboso de lo que pensamos.
Muchos estarían felices si se eliminara el efectivo, piensen qué pasará cuando nuestro dinero dependa de ellos.
