Schiavi en “El Espejo”: “En cada noticia hay un aspecto humano que preservar”

En el corazón de Piacenza, descubriendo historias y sugerencias que construyen un destino, en el corazón de “El espejo de Piacenza”, un programa semanal de Telelibertà creado y presentado por la directora Nicoletta Bracchi. En el decimoquinto episodio de la serie, en el centro de la historia está el rostro de Giangiacomo Schiaviex redactor jefe y subdirector del “Corriere della Sera”, donde es columnista y propietario de la columna de cartas “Noi città”.

LOS ORÍGENES DE GIANGIACOMO SCHIAVI

Las raíces en su Gragnano, su ciudad natal. El sueño de la provincia, el sueño de un niño. “Enzo Biagi reflexionó sobre el concepto de que nunca se vuelve realmente a donde era feliz, pero yo, por el contrario – explica Schiavi – quiero volver precisamente a donde encontré mi felicidad: en Piacenza, en provincia, aquí en Libertà, el lugar donde todo empezó. El alma inevitablemente nos empuja a regresar a los lugares que han moldeado nuestra personalidad, que nos han visto crecer, amar y aprender. Aunque intentemos escapar, al final regresamos, porque esos lugares tienen una parte de nosotros, hecha de recuerdos, emociones y vínculos indisolubles, que nos acompañan toda la vida.”

SU FUTURO NACIÓ EN LA ESCUELA PRIMARIA

Su futuro aparece de repente entre los delantales de una clase de primaria, entre las páginas de un diario que describe un paseo primaveral.

“Mi profesor me puso un buen 10 por ese diario añadiendo un “bien hecho mi reportero”. Y esa palabra, reportero, se convirtió en un agradable estribillo que me acompañó hasta el bachillerato, cuando escribí un libro de poemas con el que gané el concurso de la ciudad de Piacenza. ¿Los inicios en Libertà? Un objetivo inalcanzable para un provinciano de Gragnano. Era el periódico, un mundo cerrado con 12 periodistas, un espejismo, había olor a prensa. ¿Mi primera entrevista? Para Achille Togliani, un personaje encantador y amable. Tenía 21 años, fue mi primer “tema musical”. Cuando salí del periódico, Marcello Prati me dijo casi proféticamente: “Nos vamos de aquí para ir al Corriere, si recuerdas”. Llegué a Via Solferino en 1987″.

EL HOMBRE Y EL PROFESIONAL

El hombre y el profesional, caminos paralelos: “Para quienes hacemos nuestro trabajo son uno solo. Un trabajo que te lleva fuera de casa por un camino complejo, lejos de tus seres queridos, en horas extrañas. Nosotros, los noctámbulos y los músicos. Cuando estuve aquí en Piacenza, dejé el periódico a las 2 de la mañana y solo encontré a los músicos por ahí. En las pizzerías que aún existen, por ejemplo, me encontré con un músico que marcó la ciudad como Silvano D’Angiò. La vida de un reportero está condicionada por diversas variables. Necesitas encontrar una persona que esté a tu lado, que comparta y comprenda los ritmos, las ausencias repentinas y las llamadas. El periodista es un poco como el médico”.

la revolución del periodismo

Aquí, el periodismo, los puntos de inflexión y los criterios para identificar el perfil del buen reportero: “La revolución del periodismo ha sido redefinida con la llegada de Internet. La información corre a través de Internet, haciendo obsoleto el papel tradicional del periodista como único portador de la noticia. Este cambio ha llevado a una transformación radical en la forma en que operamos, pero los principios fundamentales siguen siendo fuertes: verdad, honestidad y respeto por el lector. Detrás de cada noticia hay un aspecto humano que preservar.” La noticia, de hecho, también puede mostrar su mejor cara, un buen espíritu que se ilumina pero que lucha por sacar la cabeza a la superficie.

“VAYA AL CAMPO A VER”

“Mi filosofía se basa en salir al campo, ver con los propios ojos, pero también en la capacidad de confiar en fuentes autorizadas. Sin embargo, es natural tener dudas, especialmente cuando se trata de las implicaciones humanas de una historia. ¿Mi lucha por descubrir las buenas noticias? En realidad, no sólo el Mal es digno de noticia, sino que el Bien también es fascinante pero a menudo falta y hay que buscarlo. Son las historias las que hacen del periodismo una profesión convincente”.

VOLVER A LOS ORÍGENES

La narración todavía se dirige al Gragnano de su juventud, a los partidos de fútbol con Sergio Giglio y Stefano Brandazza, hoy empresarios, al “pequeño Maracaná” como un cuento de pueblo que miraba al infinito, al recuerdo de su padre: “Él solía operado en Cinema Paradiso, con proyecciones los martes, jueves, sábados y domingos, ahora renace como centro cultural. Una buena noticia”. Y luego Piacenza, donde “pasamos por la historia, pero después de los años mágicos de la Serie A se ha dejado un poco en paz”.

En el mapa ideal de Giangiacomo también hay lugar para Bobbio: “«Un lugar extraordinario, he dicho muchas veces que allí se podría crear algo grande. Estaba pensando en una universidad de montaña, a partir de una idea de Maria Corti, filóloga de la Universidad de Pavía. Un regreso a las luces de la Edad Media de Colombano”.

MEMORIAS CRUZADAS

Los recuerdos se cruzan desde Dino Buzzati hasta Ambrogio Fogar, desde Gigi Rizzi hasta el renacimiento de la revista “Città” (“Un periódico de escritorio, bonito de leer y de mirar, dos números al año”). En 2007 ganó el Ambrogino d’Oro por su viaje de investigación en caravana por las afueras de Milán: “«Exploramos Milán fuera de los clichés, conocimos a los primeros raperos, leímos y releímos una realidad oscura y clandestina. Encontramos orgullo de identidad y deseo de reaccionar, especialmente en los jóvenes: nadie se resignaba a lo peor. En definitiva, ser periodista también significa tener la conciencia de poder marcar la diferencia, de poder contribuir a mejorar la vida de los demás a través del poder de las palabras. Leo los periódicos desde la primera hasta la última página, o mejor dicho desde la última, la de las Cartas, como ocurre en un libro espléndido, “Estambul”, de Orhan Pamuk”.

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