Los jugadores también están bajo acusación.

TURÍN – Ya no jugamos al escondite. No ahora, no después de la actuación en San Siro, no después de un período en el que Toro, en lugar de poner quinta marcha, puso marcha atrás. Los únicos hasta ahora siempre protegidos de cualquier crítica han sido los jugadores. Los únicos que nunca han acabado en el banquillo, los únicos que salen al césped y que tienen la tarea de convertir el esfuerzo que hace el club y el cuerpo técnico. El partido contra el Inter, pero sobre todo el terrible paso en falso contra el Frosinone, despoja de una vez por todas al equipo de toda coartada. Demasiados elementos que deberían haber garantizado el salto de calidad desaparecieron durante acontecimientos cruciales. Incluso peones que sobre el papel tendrían los medios para llevar a Toro a competir por una plaza europea hasta el último día: una ambición pospuesta para una fecha posterior. En el último periodo han fracasado muchos, pero los fracasos no han tenido el mismo protagonismo que los errores de mercado del club y las torpezas de Juric. Los nombres de los acusados ​​se encuentran prácticamente en todos los departamentos. El menos llamativo es el capitán. Ricardo Rodríguez, que vive de unos ingresos después de dos años y medio excelentes, pero que en las últimas semanas ha mostrado un claro talante conservador preeuropeo. En el centro del campo Ivan Ilic es el encargado de liderar el grupo de jugadores fallidos: el atenuante de la difícil vuelta tras la lesión pesa hasta cierto punto, porque de alguien como él es razonable esperar mucho más. Nono tanto en virtud de los 16 millones gastados por El Cairoen cuanto a las responsabilidades que le dio Juric y que el serbio nunca asumió.

Las situaciones

Puré de patatas Nikola Vlasic no está bromeando. La evidencia reciente, imposible de observar, se presta a quienes lo consideran sobrevalorado por excelencia. No es así: no se discute el valor del croata, pero no se vive de buenos recuerdos dispersos aquí y allá. Si es cierto que el Toro cambia de cara cuando se enciende, entonces es mejor que la intermitencia deje paso a una continuidad que nunca tuvo bajo el Topo. Y es grave, porque también en este caso El Cairo pasó y Juric puso cara. En ataque cualquier referencia a Tony Sanabria es puramente intencional: verdaderamente impalpable esta temporada. Y pensar que debería haber sido el año de la consagración, después del excelente último campeonato. En Italia nunca lo había hecho tan mal: él también tendrá que hacerse dos preguntas, en lugar de emocionarse junto a Zapata se licuó. Como Pietro Pellegri, que a sus 23 años tiene un historial lamentablemente limitado de carreras disputadas. La mala suerte con él es clara, pero necesita ayudarse más, de lo contrario existe el riesgo de que pronto se convierta en un meteoro en nuestro fútbol.

Disparar lovato y Okereke realmente sería un ejercicio demasiado fácil, pero desde Koffi Djidji, Mergim Vojvoda Y Valentino Lázaro era deseable una mayor contribución. Este último hizo reír a la afición del Inter en San Siro, aliviada ante la idea de no tenerlo más en nómina. Incluso la discontinuidad de Samuele Ricci Y Vanja Milinkovic-Savic representó uno de los muchos problemas del Toro, cuya plantilla cuesta poco más de 11 millones respecto a la del Bolonia. Hay algo por qué llorar.

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