Le gustan los huevos de zorro que hace unas semanas fueron “adoptados” por los habitantes de un pueblo de las colinas de Piacenza (que permanece anónimo por elección de los propios habitantes). Pelaje rojizo, pisada segura y algunos signos de posible pelea: lesiones que pueden ocurrir cuando eres un animal salvaje que tiene que sobrevivir entre todo tipo de peligros.
La realidad a veces puede ser más emocionante que las historias de ficción. La correlación con la historia de Red y Toby parece obvia: una profunda amistad entre un zorro huérfano acogido por una anciana con un corazón de oro y un perro de caza que, para salvar a su amigo rojizo, se rebelará contra su amo.
Pues no sabemos si hay un Toby en la vida del precioso zorro que lleva semanas apareciendo en un pueblo de las colinas de Piacenza. Seguramente hay personas que tienen el mismo espíritu altruista que la señora Tweed y que cada día dejan un poco de comida y agua al animal salvaje.
Una relación de confianza y respeto mutuo que no debe darse por sentado. Un vínculo que vence cualquier barrera, tan fuerte que los habitantes del país prefieren no saber dónde se hizo realidad el cuento de hadas de Disney. Para proteger a un zorro que quería confiar en el hombre.