Patierno, el hombre simbólico que sirvió para el sueño de la Serie B

Patierno, el hombre simbólico que sirvió para el sueño de la Serie B
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Si Avellino extraña terriblemente la Serie B defendida en el campo y perdida en las canchas en el desafortunado verano de 2018, las nuevas generaciones necesitaban un ídolo que les permitiera aprender a soñar. Un favorito con el que identificarse. Un hombre simbólico que los acercaría a los colores verdiblancos arrastrándolos hasta el estadio.

Cosme Patierno asumió el honor y el peso de representarlo, logrando una hazaña que no se puede cuantificar como los 20 goles en 28 partidos de campeonato que le entregaron, en un condominio con Murano, el título de máximo goleador del Grupo C de la Serie C. Algo de lo que puede y debe estar más orgulloso que el récord goleador de la temporada. Y sí, porque el número 9, que viajó a razón de un gol cada 99 minutos, hizo mucho más que no defraudar las expectativas, lo que en sí mismo no es un detalle ni algo que se dé por sentado como sobre todo nos ha enseñado el pasado reciente.

Patierno se posicionó a medio camino entre un pasado desvanecido y un futuro potencialmente brillante, convirtiéndose en un ícono. Sus fotografías, rodeadas de decenas y decenas de niños que buscaban un autógrafo o un selfie ante las puertas del Terminio Tribuna al final de Avellino-Crotonason las instantáneas que representan la máxima síntesis visual de un momento que huele a un amor a punto de florecer de nuevo, aunque sea a propósito en primavera.
Sus hermosas hijas, clelia Y matildetomados de la mano y acompañados a celebrar bajo la Curva Sud bajo la mirada emocionada de su madre conytenía impresas en sus rostros las sonrisas de todos los niños que son el futuro de Avellino. Los ángeles guardianes de una pasión que se transmite de generación en generación. Los avellinos han encontrado en Patierno al verdadero y deseado “jugador avellino”.

Liderazgo técnico y emocional. Un punto de referencia capaz de transmitir seguridad y merecer confianza. Amigos y familiares del atacante, llegados directamente desde bitontocompartieron una tarde memorable para Avellino con la gente de Irpinia y Patierno: tan carismático que eclipsa los goles marcados solo biancolino, último delantero centro avellino que se hizo con el cetro goleador con 24 goles en el grupo B de la Serie C 2006/2007, lo hizo mejor que él en un solo campeonato; tan total en su forma de estar sobre el terreno de juego que fue querido por su actitud más que por su carácter implacable que le permitió incluso superar a De Vena, quien en 2019 contribuyó a su regreso a las filas profesionales con 19 sellos.

Patierno estuvo increíble porque sentó las bases para que Avellino volviera a ser una gran familia. Como el suyo con el que celebró la felicidad de formar parte de un club en el que tenía muchas ganas de jugar desde entonces, el pasado 10 de julio se despidió de la Virtus Francavilla rechazando las ofertas de catania Y Vicenza.

A sus treinta y tres años, continúa la carrera hacia el destino que comenzó eligiendo afrontar una realidad complicada y un contexto particular, que le han dado la prueba de haber sido el verdadero límite de sí mismo en una carrera que se encuentra en un momento crucial para emprender. las huellas de una segunda juventud. Pronto la pelota volverá a Patierno, que el sábado se puso el corazón y los envió con amplias señales de las manos a la que se ha convertido en su gente, obligando a sus compañeros, aterrados ante un posible aviso que les habría hecho perderse el partido de ida de los cuartos de final del torneo. playoffs, para llevárselo a la fuerza. Balón en el centro y salida a la búsqueda desesperada del vigésimo primer gol antes de ser sustituido: otro punto de la mentalidad ganadora de quien no sabe lo que significa dormirse en los laureles.

Indicó el punto desde donde empezar de nuevo. Patierno, que ha comenzado a reconectar los hilos con el pasado; lo que da ganas de comerse las manos pensando hasta dónde podría haber llegado Avellino si no hubiera tenido que prescindir de ellas durante demasiadas semanas, pagando el precio de la mala suerte en forma de problemas musculares. Pero el pasado es pasado y con Patierno toca mirar al futuro.

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