Viterbo – Recibimos y publicamos – Le escribo para contar lo que le pasó a mi hijo el 27 de abril.
Después de muchas negativas por temor a que algo pasara como venimos escuchando desde hace tiempo, en el centro de nuestra ciudad, al final cedo a otra petición legítima de mi hijo para dar un paseo por la tarde, en el centro, con su prima y otro amigo.
Es sólo una hora, me digo, son tres… ¿qué quieres que pase? Me repito que hay mucha gente alrededor…
Me digo que tengo que mantener la calma, siempre con esta aprensión exagerada… me repito.
Pero entonces mi hijo me llama y me pasa al policía, que interviene después de que mi hijo y sus amigos llamaran al 112. En ese momento, al teléfono, se me para el corazón por un momento.
Corro hacia el centro, todos están bien pero asustados, aterrorizados. Tres niños los atacaron, los amenazaron de muerte e intentaron robarles sus teléfonos.
Por suerte tuvieron la rapidez y claridad para llamar a la policía de inmediato, pero ya era tarde.
Con la ayuda de dos adolescentes, a quienes agradezco infinitamente, lograron escapar y evitar lo peor.
Nos abrazamos, esta vez salió bien, esta vez… me digo.
¿Pero la proxima vez? No sé si habrá… Mi hijo ya no quiere salir…
El ataque tuvo lugar en uno de los callejones que conecta la Piazza delle Erbe con la Piazza del Sacrario. Como madre, aconsejo a los niños que siempre permanezcan en lugares concurridos en caso de posible peligro o discusión acalorada con alguien. Es mejor evitar los callejones aislados y permanecer en zonas concurridas, así podrás pedir ayuda más fácilmente.
alejandra
