La recuperación da y la recuperación quita. Este es el resumen de un partido vivido en las pistas del equilibrio y que, momentos antes del pitido final,…
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En general, Lecce está ahora plenamente gotti. En tan solo cuarenta días Trabajar De hecho, el técnico veneciano ha moldeado el equipo basándose en la que consideraba la mejor plantilla disponible para la plantilla. También lo vimos contra Monza. Así se organizó el Lecce en el campo el sábado por la tarde, con un 4-4-2 lineal en la fase sin posesión y una derecha agresiva en la otra mitad del campo. Una agresividad dirigida especialmente contra los portadores del balón de Monza y que le valió a los giallorossi varios balones conseguidos en los cincuenta metros del campo lombardo.
Y, de hecho, Lecce ganó 20 balones en el campo de Monza, aunque no siempre pudo traducirlos en oportunidades reales de gol. Y esto se debe tanto a errores técnicos como a veces a decisiones equivocadas de los jugadores de Giallorossi durante el último pase. Además de los defensores, destacó en esta labor Rafia, con 4 balones recuperados en la mitad ofensiva del campo. El tunecino parecía aún más cómodo en la posición de segundo centrocampista, junto al baluarte Blín.
Desde el punto de vista de la fase de posesión, el Lecce no siempre movió el balón con la velocidad necesaria, pero aun así mostró cosas interesantes desde el punto de vista del desarrollo de una maniobra compleja con Blin bajando junto a los centrales. Baschirotto Y Pongraciccon los laterales Gallo Y Gendrey que iban a dar amplitud hacia adelante. Al mismo tiempo, Dorgu (al principio todavía como extremo ofensivo) y Oudin ocuparon los pasillos centrales del campo, cerca de Krstovic y Piccoli. Los dos atacantes volvieron a destacar por su trabajo en las fases sin posesión y por una sintonía que crece partido a partido. Esta estructura permitió a los Giallorossi gestionar bien la posesión y mantener el equilibrio cuando Monza recuperaba el balón. Además, la pareja defensiva formada por Baschirotto y Pongracic, ayudada por el bloqueador Blin, nunca sufrió, ni siquiera cuando Palladino recurrió al temido Djuric.
Luego, en la segunda parte, cuando Gotti procedió a realizar un torbellino de sustituciones, enviando al campo a los distintos Sansone, González, Almqvist y Pierotti, la maniobra ofensiva se benefició en términos de velocidad y calidad. El centro de gravedad del Lecce, ya bueno en la primera parte (50,58 m), subió 45 en los segundos cuarenta y cinco minutos (52,84 m). Gotti intentó ganarlo para cerrar la cuestión de la salvación, encontrándose en un momento con Pierotti, Sansone, Krstovic y Almqvist en el campo al mismo tiempo. El gol que dio la ventaja al Lecce llegó con un balón largo de Falcone, bien trabajado por Pierotti, que cabeceó un derechazo de Krstovic desde fuera. La respuesta del Monza no se hizo esperar y eliminó dos puntos de la clasificación del Lecce, pero no la buena actuación general del equipo local.
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Periódico de Apulia