«Todas las esperanzas en el corazón»

Tan pronto como escuchó llegar el helicóptero comenzó a aplaudir junto con los demás reclusos, tal era la emoción de poder encontrarse con el Papa. También porque tenía la tarea de darle un beso a Francisco. casquete blanco Echo en sastrería de la prisión de mujeres de Giudecca. “Tengo miedo de hacer algo mal”, confiesa a sus allegados, hasta el punto de ir acompañada de Adriano Toniolo, responsable de las actividades penitenciarias de la cooperativa «Il Cerchio». «Es con inmenso agradecimiento que las internas del taller de sastrería junto con todo el personal de la cooperativa social les entregamos este regalo empaquetado con nuestras manos”, dijo mirando al pontífice a los ojos.

Un viaje ejemplar

Manuela Caccoel estanco de Padua de 61 años condenado a 16 años, cumple su condena Lo siento por complicidad en el asesinato de Isabella Noventa (secretaria de Albignasego cuyo cuerpo nunca fue encontrado) y desde hace tiempo tiene acceso desde el Tribunal de Vigilancia a la dia de trabajo salir de prisión, precisamente por la corrección de su camino personal. La fecha marcada para su lanzamiento definitivo sería el 9 de febrero de 2031, pero podría salir antes. De hecho, inmediatamente tiene colaboró con los investigadores y su comportamiento como prisionera ejemplar. Tanto es así que desde el año pasado puede disfrutar de un permiso extra y salir de prisión para trabajar como voluntaria.

«Santo Padre, lleva en tu corazón nuestras esperanzas»»

La mujer elegida para entregar el solideo que las internas del taller de sastrería habían confeccionado en las últimas semanas con el tela blanca viniendo del Vaticano, luchó por aferrarse emocióntanto es así que finalmente estalló lágrimas por la alegría que sintió al conocer de cerca al Papa Francisco. «Su inesperada visita nos llena de alegría. Le pedimos, Santo Padre – dijo al pontífice, actuando como portavoz de los trabajadores de la sastrería y de todo el personal de la cooperativa social Il Cerchio que trabajan en prisión desde hace casi treinta años – que lleva nuestras esperanzas con él en su corazón. Le aseguramos nuestras oraciones por su alto ministerio y por su camino como guía espiritual.”

El apretón de manos y las lágrimas

Cacco, sentada en uno de los bancos de la primera fila, llevaba un vestido negro con una cruzar alrededor del cuello y un abrigo rojo. Con las manos entrelazadas esperó el encuentro con Francesco y cuando llegó el momento ayudó al Papa a desenvolver el solideo, leyó palabras de esperanza, encontrando ante él el rostro sereno y sonriente del pontífice. Entonces el ajustado De mano y el lágrimas.

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