Mannion, noche en Mamba. McDermott no pone la otra mejilla

Mannion, noche en Mamba. McDermott no pone la otra mejilla
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GILMORE 6.5 – Nueve puntos en 11 minutos, brazos largos y manos abiertas ante los ojos de Olisevicius que, casualmente, cuando se encuentra contra el ex Paok ve su máquina de baloncesto atascarse. Entonces, ¿por qué no dejar a Gilmore en el campo, para intentar una vez, una vez, cambiar algo que sucede fuera de la pista? No. Gilmore, que tampoco es Kevin Garnett, se sienta en cierto momento y no regresa.

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MANION 7 (EL MEJOR) – Nada que reprochar a la Mamba Roja, que pone mucho de sí en el partido a costa de exagerar. Anotó 18 puntos en la desafortunada primera parte rojiblanca, anotando 29 al final manteniendo buenos porcentajes tanto de cerca (7/9) como de lejos (3/8) además de la vía clara hacia los tiros libres. A esto suma 7 asistencias y el mismo número de faltas concedidas, siempre con la mínima protección a diferencia de otros jugadores azules que circulan por la Serie A (el técnico todavía grita venganza tras romper pasos tras un “golpe” de un rival). Antes del partido se dirige al público con las manos en forma de corazón, lo cual es correspondido. Esperemos que no sea el último rojiblanco en Masnago, porque Nico -al menos- siempre ha dado una buena razón para comprar la entrada.

ULANEO 5.5 – Apareció con algunos rebotes y cierta dificultad para aguantar en el centro del área. Nada significativo ni para bien ni para mal.

SPENCER 5.5 – Sorprendido por Paulicap al principio, luego, como de costumbre, obligado a tener que navegar entre cerrar al hombre y ayudar a los oponentes que vienen desde afuera, fallados por los otros goleadores. Sí, tiene impacto, pero menos que otras veces a pesar de unos números bastante buenos (10 puntos, 7 rebotes pero dos tapones sufridos): el total, sin embargo, está lejos de ser ilusionante. Y el -15 más-menos lo sitúa por delante de un Paulicap mejor incluso en la hoja de estadísticas.

WOLDETENSA 5 – Por dentro en un intento de reforzar un poco la defensa. Una jugada que no da frutos porque Olisevicius es más alto y pesado que Tomas y, quizás salvo una vez, no tiene problema alguno. En ataque juega desde el banco, aunque los minutos sean pocos y quizás no haya balones realmente jugables.

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MORETTI 5.5 – Cifras dobles alimentadas más por los tiros libres (5 de 5) que por los tiros de tres puntos, a menudo bien preparados por sus compañeros. Dos de cada diez en el campo es una cuenta demasiado pequeña para que valga la pena pasar, especialmente en una prueba colectiva similar. Sobre todo porque muchas veces esperamos finalmente una canasta pero no llega, arruinando una remontada. Con 30’12”, es el extremo más utilizado pero también el menos productivo.

MCDERMOTT 7 – Aparte de poner – evangélicamente – la otra mejilla. En una noche donde muchos muestran debilidad, el capitán pone cara dura, responde con palabras y cuerpo a Bowman, no retrocede ni un centímetro y en el lado contrario anota 21 puntos con 7 de 11 en tiros de campo. Quizás sea obvio y no hace falta decirlo, pero si tuviéramos que decidir cuál es el primer jugador a conservar, no tendríamos dudas en señalar a Sean.

BESON 6.5 – Un comienzo bastante pesadilla, porque en el primer cuarto no acierta en la respuesta. Entonces al menos recuperará las piernas que le permitirán atacar a la defensa desde el corazón del área como en las noches positivas. 12 puntos, algunas jugadas aplaudidas, algunas pifias, alguna buena intuición. No fue una noche dorada, pero con cinco Hugo en el campo Varese probablemente habría ganado.

MARRÓN 4 (PEOR) – Una de las pruebas individuales más decepcionantes de todo el año rojiblanco. Que Gabe está sujeto a altibajos es bien sabido y, en parte, justificable, pero un partido como éste es realmente rojo intenso. Siempre salta ante la primera finta de Olisevicius, comete errores de mini-basket cuando permanece en la cancha (ayuda fallida, movimientos tardíos…), nunca encuentra la canasta, no tiene una idea para ser útil, desaparece en el rebote batalla. Pero fue recompensado por 24 minutos en el campo, frente a los 11 minutos de Gilmore, que también marcó y defendió. Si hay un algoritmo, una fórmula, un mecanismo, una inteligencia artificial detrás de este movimiento, aquí está: debe haber sido afectado por el virus del milenio 24 años después.

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