El Papa Francisco visita hoy Venecia y, como primera parada, ha elegido saludar a los reclusos -unas ochenta- de la prisión de Giudecca. Junto a él está el patriarca de la ciudad, Francesco Moraglia.
“La prisión es una dura realidad, y problemas como el hacinamiento, la falta de estructuras y de recursos, los episodios de violencia generan allí mucho sufrimiento”, afirmó el pontífice, invitando a “no quitarle la dignidad a nadie”. La prisión «puede convertirse también en un lugar de renacimiento, moral y material, en el que la dignidad de mujeres y hombres no sea “aislada”, sino promovida mediante el respeto mutuo y el cuidado de los talentos y capacidades».
El Papa Francisco, dirigiéndose a los prisioneros, subrayó: «Quería encontrarme con vosotros al comienzo de mi visita a Venecia para deciros que tenéis un lugar especial en mi corazón. Por eso me gustaría que vivamos este momento no tanto como una “visita oficial” del Papa, sino como un encuentro en el que, por la gracia de Dios, nos damos tiempo, oración, cercanía y afecto fraterno. “Todos saldremos más ricos de este patio, tal vez el que salga más rico seré yo, y el bien que intercambiaremos será precioso”. perdonados que traen el perdón, renacidos que traen el renacimiento. Queridos amigos, renovémonos hoy, vosotros. y yo, juntos, nuestra fe en el futuro.”
(Uniononline/ss)
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