Cuando Sandra Bellan abrió su tienda de ropa en Corso Risorgimento, la calle estaba llena de actividad comercial. “No faltaba nada – dice – mientras que hoy nos quedamos yo y algunos más.” La tienda “Sandra B” celebró 50 años de historia. Para celebrar el hito, la Municipalidad y el distrito comercial urbano entregaron una placa al propietario. Lo recibe con emoción: «He cometido errores y muchos sacrificios para llegar hasta aquí, pero la confianza de los clientes recompensa todos los esfuerzos. “No quieren que lo cierren, tarde o temprano tendré que hacerlo”.
Bellan abrió la boutique en abril de 1974, a la edad de 28 años. Decidió iniciar su propio negocio después de trabajar como dependienta. «Esta habitación quedó disponible – continúa Bellan – que albergaba a un electricista. Era la época en la que los jeans estaban de moda y comencé a venderlos. Luego cambié de línea especializándome en moda femenina. Aún hoy me gusta seleccionar las colecciones prestando atención sobre todo a la calidad de los tejidos, pero cada vez es más difícil estar a la altura de la enorme oferta online. Me centro en el servicio.” Hay familias que nunca han dejado de comprarle, pasando el testigo de madre a hija.
Al ver los globos con el número 50 colgados delante de las ventanas, muchos clientes fieles pasan incluso solo para saludar. «Esta tienda es un símbolo del tejido de nuestra ciudad – reflexiona Marina Chiarelli, teniente de alcalde responsable de Comercio, mientras entrega el premio y propone al propietario que se inscriba en el registro de comercios históricos -. Sandra es un gran ejemplo de pasión y espíritu de servicio. Su historia también es significativa porque tuvo lugar en un suburbio.”
La tienda ha resistido al Covid y a la hemorragia de actividad comercial que afecta especialmente a las zonas del entorno del centro histórico. ¿Existe alguna solución para frenar esta despoblación? «Lamentablemente no lo creo – responde Bellan -. Antes, la gente optaba por comprar en comercios locales y no había competencia de la web ni de cadenas que vendieran a precios bajísimos. Ciertos fenómenos de consumo no se pueden contrarrestar, por lo que resulta cada vez más difícil resistir a la competencia. Una opción podría ser abrir su propio canal de distribución online, pero por elección a esta edad decidí no hacerlo.”