La asociación Infiorata de Montefiore dell’Aso participó en el Festival Arti Effimere de Florencia. Un evento que pretende reforzar la candidatura de las artes efímeras al patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, cuya solicitud fue enviada el 2 de abril y que ya ha superado la primera fase. El gran evento fue promovido por la asociación Culturalarte de Noto, la asociación Infiorata de Montefiore dell’Aso, la asociación de alfombras de aserrín de Camaiore y la asociación trucioli in arte de Torricella. “Trabajamos en 13 asociaciones de 7 regiones de Italia y 120 organizadores de flores – afirma el presidente de la feria de flores de Montefiore, Graziano Amadio – Fue un evento espectacular. Creamos una alfombra monumental de flores y otros materiales naturales. Titulada ‘ Las maravillas de la UNESCO italiana, en un sueño totalmente efímero. Florencia, que entre las ciudades italianas representa una de las más ricas en obras de arte, ha vivido un momento extraordinario de síntesis entre bellezas”.
Los floristas italianos y los de Cataluña y Malta han creado una obra única y original, utilizando flores, serrín, virutas, sal, arena, verduras, etc., y que muestra la grandeza y las infinitas posibilidades expresivas de este arte efímero. La alfombra forma parte de las actividades que se están desarrollando en Italia, España y Malta como parte del proyecto Fower Carpets Arts, seleccionado por la Comisión Europea dentro del programa cultural Europa Creativa. La alfombra de flores más grande jamás vista en la ciudad de Florencia permaneció expuesta el viernes y ayer, y luego quedó en la memoria de quienes tuvieron la suerte de poder admirarla. En el centro de la gran obra emerge el símbolo de la UNESCO, mientras que el lirio florentino se repite en lo alto de la plaza. Los cuatro círculos que componen la geometría contienen elementos artísticos de una o más regiones. La primera circunferencia está dedicada a la Toscana y las Marcas, retomando la atrevida cara del David de Miguel Ángel, el rosetón gótico de la maravillosa catedral de Santa María del Fiore y una de las torres del palacio ducal de Urbino. La segunda circunferencia está dedicada al Lacio, con el Coliseo Romano, y los detalles de la Villa d’Este y la fuente de San Sebastiano di Genzano. Otro círculo está dedicado a Calabria, con uno de los bronces de Riace, a Cerdeña con uno de los numerosos nuraghi, y la decoración circundante inspirada en los mosaicos de Teramo en Abruzzo. Finalmente un último círculo dedicado a Sicilia.
Marcello Iezzi
