En Florencia Montanari tira la toalla

El intento de Tomaso Montanari y su asociación 11 Agosto de crear un polo alternativo al centro izquierda de Sara Funaro de cara a las elecciones municipales fracasa a orillas del Arno. La noticia la dio el propio rector de la Universidad para Extranjeros de Siena, quien inmediatamente anunció que no quería presentarse a la alcaldía.

Toda una serie de factores detuvieron el proyecto. En primer lugar, la actitud del M5 florentino, que 40 días después de la votación, dividido internamente, aún no ha decidido qué hacer. La cuestión podría haberse resuelto con una consulta a las bases, como fue el caso en otros municipios toscanos – Livorno, Empoli, Borgo San Lorenzo entre ellos – donde al final el Movimiento Cinco Estrellas se alió con la izquierda alternativa. Pero el valor simbólico del desafío florentino, combinado con la actitud de Funaro que sigue manteniendo abiertas las puertas de una posible alianza, frena desde hace semanas la decisión final.

Además, los votos de las cinco estrellas, que en cualquier caso no son muchos en la ciudad (7% en 2019), podrían ser suficientes para que el Partido Demócrata y sus aliados superen el 50% ya en la primera vuelta. Una perspectiva que permitiría eliminar de un plumazo tanto al centroderecha de Eike Schmidt como a Italia Viva de Matteo Renzi, que con el nombramiento de la vicepresidenta regional Stafania Saccardi pretende hacer pagar cara una posible alianza electoral en caso de segunda vuelta. .

Ciertamente, la alianza entre el centro izquierda y el M5 intriga a Giuseppe Conte, y también cuenta con el apoyo de la izquierda italiana en clave antirenziana. Pero choca con las diferencias de sensibilidad entre el Movimiento Cinco Estrellas local, donde hay bastantes activistas que preferirían presentarse solos y luego negociar – como Renzi, que sin embargo es más fuerte que ellos en la ciudad – en la segunda vuelta. .

Sin embargo, la imagen que surgió convenció a la ex concejala de urbanismo dem Cecilia Del Re, inicialmente atraída tanto por el proyecto de Montanari (que ella correspondió) como por el de Italia Viva, a presentarse a la alcaldía con su Florencia demócrata, asegurando, sin embargo, en el caso en una segunda vuelta sus votos irán al centro izquierda.

Convencer a Montanari de que no presentara una lista propia también surgieron dudas internas dentro de la asociación Firenze Città Aperta, que inicialmente apoyó el intento. Pero en la última asamblea la mitad de los diputados apoyaron en este momento el apoyo al Proyecto Común de Izquierda, que desde hace tiempo nomina a los concejales salientes Dmitrij Palagi y Antonella Bundu. “Dos fuerzas fundamentales – resumió Montanari – bloquearon el camino hacia el proyecto. El M5S sigue negociando para servir de muleta a una gestión del poder que no podría estar más alejada de sus valores. Y el SPC siempre ha mostrado desconfianza”.

Mientras tanto, el centroderecha de Schmidt confirma, más allá del presunto civismo de su candidato, una falta endémica de planificación política, que se puede resumir en los últimos comunicados del historiador del arte alemán. Van desde la eterna denuncia, sin propuestas de resolución del problema, de la degradación y la inseguridad que se apoderarían de la ciudad, hasta la extraña propuesta de líneas de tranvía subterráneas, nunca aceptadas por la derecha local. Además, Schmidt, entrevistado por el Times, copió el eslogan trumpiano “Hacer que Florencia vuelva a ser grande”. Y en Spiegel, para gran consternación de muchos compatriotas que viven entre Florencia y Chianti durante los meses de verano, habla de una ciudad que recuerda una antigua portada de un periódico alemán. El del P38 en un plato de espaguetis.

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