El segundo scudetto consecutivo es la apertura de un ciclo Giallorossi.

El segundo scudetto consecutivo es la apertura de un ciclo Giallorossi.
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Si ganar es difícil, repetir lo es aún más. No fue el caso de la Roma femenina que, tras no conseguir su primer punto de partido en Viola Park, sin pasar del empate 0-0 contra la Fiorentina, su próximo rival en la final de la Copa de Italia, se proclamó campeona de Italia frente a la televisión. Sí, porque la derrota de la Juventus ante el Inter dio el segundo campeonato de la historia del Club Giallorossi, el segundo consecutivo.

UN CAMPEONATO NUNCA CUESTIONADO – Lo que presenciamos fue una verdadera e propia marcha triunfal. 18 victorias (12 consecutivas), 1 empate y 1 derrota (a falta de 4 partidos por jugar) en la Serie A. Un equipo que, de hecho, ha jugado un campeonato aparte, sin rivales, capaz de aumentar la diferencia con la Juventus en las dificultades de la temporada absoluta. de la temporada, una clara señal de que no habría habido posibilidades para nadie.

EL PARTIDO PUNTO DE INVISIÓN – 5 de noviembre de 2023, Juventus-Roma 1-3. No hay duda de que aquel fue el partido del salto de calidad definitivo para los Giallorossi. Los campeones italianos nunca habían ganado en casa de la Juventus, que unos meses antes se había arrancado el scudetto del pecho. Los mismos bianconere, derrotados sólo en los penaltis en la Supercopa, habían hecho suya la final de la Copa de Italia, privando a la Roma de la posibilidad del triplete nacional. Básicamente, todos los partidos entre Roma y Juventus, hasta ese día, se habían caracterizado por el equilibrio, siempre tendiendo al amarillo-rojo, pero nunca hubo la sensación de que un equipo dominara al otro. En cambio, gracias a los goles de Giugliano, Haavi y Viens, después de menos de una hora de juego, la Roma tiene 3 goles de ventaja sobre la Juventus. Terminará 1-3, pero más allá de los 3 puntos, la actuación dice que no hay historia: la Roma está a otro nivel.

TODAS LAS MUJERES DEL SCUDETTO – El núcleo del equipo es el que ganó el primer campeonato. A ese grupo se sumaron Kumagai, Viens, Feiersinger, Aigbogun, Tomaselli, Valdezate, Latorre y en el mercado de fichajes de enero Troelsgaard, Sostenvold y Pilgrim. El mérito debe repartirse entre todos ellos y obviamente el señor Spugna. Sin duda fue el año de Manuela Giugliano. El número 10, con su máscara de Giugliano (Dybala), caracterizó la mayoría de los partidos de la Roma. La partida de Andressa le permitió avanzar en su alcance, liberando todo su potencial.
Tampoco hay que olvidar el impacto con el equipo de Evelyne Viens, capaz de encajar inmediatamente en el esquema táctico de la Roma, adaptándose también al papel de lateral atacante, ella que prefiere jugar de central. Poco a poco todos los demás, desde el capitán Bartoli hasta la pareja defensiva Minami-Linari, Di Guglielmo siempre hábil de cara a la portería, Giadina Greggi uno de los ídolos de Tre Fontane, Haavi y su indispensable desde el punto de vista táctico, la leona Giacinti hasta Glionna. .

UN CICLO ABIERTO – El segundo scudetto consecutivo supone haber abierto un ciclo. Ya no hay necesidad de esconderse, la Roma es el equipo a batir y lo será durante mucho tiempo. El título deportivo es el resultado de años de planificación y desarrollo de un club, nacido hace unos años, capaz de convertirse en un auténtico modelo en el que inspirarse. El nuevo Tre Fontane, los nuevos patrocinadores que han apostado por el equipo, un equipo Primavera que prácticamente siempre ha ganado el campeonato. El tricolor es sólo la punta del iceberg. No es casualidad que los Friedkins hayan confirmado colectivamente al Sr. Spugna, al DS Migliorati y a la responsable de todo el club femenino, Betty Bavagnoli.

VOLUNTAD PARA GANAR – La discusión que se está haciendo por el cuadro de Roma en el fútbol masculino no puede hacerse en lo más mínimo con la selección femenina. Es exactamente lo contrario. La selección femenina de la Roma es un equipo que cuanto más gana, más alimenta sus ganas de ganar. Basta pensar en el mercado de fichajes de enero, cuando un equipo que ya había aspirado seriamente a su segundo campeonato fue a buscar a un jugador como Pilgrim. El suizo ha entrado con fuerza en la historia de esta temporada: goles en la semifinal ante el Milan y goles en el momentáneo +13 ante la Juventus, en la zona del Scudetto. Una vez finalizados los trámites del campeonato, aún queda una Copa de Italia por ganar. El único trofeo que le falta al señor Spugna por levantar desde que se sentó en el banquillo de los Giallorossi, el segundo en la historia de un club que, muy probablemente, tendrá que ampliar su vitrina de trofeos.

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