Un pacto entre todos por Avellino. Seria hermoso

Un pacto entre todos por Avellino. Seria hermoso
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Sería muy bonito que todos los candidatos a la banda tricolor de la capital, una vez oficiales, asumieran compromisos precisos ante la ciudad, compromisos comunes en interés exclusivo de la comunidad, para garantizar la máxima transparencia en la acción administrativa. Sería bueno que se comprometieran a publicar todas las resoluciones políticas y decisiones relacionadas de acuerdo con la ley, a garantizar el funcionamiento de todas las comisiones desde el principio, a subcontratar la organización de los concursos municipales, a reducir al mínimo las negociaciones directas y encargos externos, para evitar escrupulosamente la proximidad incestuosa con empresas y empresas que operan para el Municipio, colectas opacas para promover eventos e iniciativas.

Sería bonito y necesario, a la luz de lo que está surgiendo en relación con las investigaciones del Ministerio Público sobre la administración Festa. Los fundamentos de ese sistema deben buscarse ante todo en la pretensión de gobernar en secreto, bien protegido de cualquier forma de control de la acción administrativa, ya sea preventiva, contextual o póstuma, y ​​es innegable, cualquiera que sea el mérito de los delitos impugnados. y de cuál será la evolución en el ámbito judicial, que en los últimos años el Palazzo di città se ha convertido en el epicentro de un sistema de poder en expansión, que se ha visto alimentado por una proximidad tóxica entre el poder público y los intereses privados, en prácticas de clientelismo descaradas que han encontrado legitimidad en esa opacidad.

Nada trascendental, un documento sencillo, compartido y de pocas líneas, que todos los candidatos a la banda tricolor deberían presentar conjuntamente con la ciudad, un compromiso solemne para evitar que en el futuro se repita lo ocurrido en los últimos años. Sería importante, muy importante. Sería la mejor manera de abrir una nueva fase en los asuntos de la ciudad, de proyectar a la comunidad en una disputa democrática libre de veneno y rencor, de sentar las bases de una verdadera pacificación, de afirmar los principios básicos de la civilización democrática que en los últimos años han pisoteado y en el que todos, especialmente aquellos que han estado al lado de Gianluca Festa en los últimos años, deberían reconocerse sin dudarlo. Las primeras víctimas de ese sistema, por otro lado, son los miles de ciudadanos respetables que creyeron esa narrativa.

No se trata, por tanto, de dictar sentencias de condena o absolución contra Festa y el resto de personas implicadas en las investigaciones de la Fiscalía. Se trata simplemente de restablecer una dialéctica democrática civil, de reafirmar el destino común de una comunidad. Eso es todo.

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