La Diócesis de Tívoli en audiencia especial con el Papa Francisco para recordar a Pío VII » Diócesis de Tívoli y Palestrina

La Diócesis de Tívoli en audiencia especial con el Papa Francisco para recordar a Pío VII » Diócesis de Tívoli y Palestrina
Descriptive text here

qcuando el Papa Francisco comienza su discurso Saludando, entre otros, a los peregrinos de Tívoli, un rugido llena la Sala de Audiencias del Vaticano. Es una jornada de celebración y oración que tiene como protagonista a Pío VII Chiaramonti, el pontífice amado por el pueblo que a principios del siglo XIX supo seguir adelante frente a los abusos del poder político.

Aunque han pasado doscientos años desde su muerte (20 de agosto de 1823), la memoria de este Papa benedictino, que antes de ascender al trono papal tuvo una larga experiencia como abad y obispo residencial, sigue viva hoy. Hasta el punto de que cuatro diócesis italianas se reunieron el pasado 20 de abril en peregrinación a Roma: Cesena (lugar natal), Tívoli e Imola (sedes de su ministerio episcopal), Savona (ciudad de prisión napoleónica).

La diócesis de Tiburtina, encabezada por Mons. Mauro Parmeggiani, se presentó al evento con un nutrido grupo de más de 600 participantes, entre sacerdotes, párrocos y religiosos de las distintas zonas locales (también estuvo presente el Abad de Subiaco Mauro Meacci osb). . Había tanto entusiasmo hacia Mons. Chiaramonti, quien, convertido en Papa, mantuvo durante toda su vida una relación de benevolencia y afecto hacia su primera sede episcopal en Tívoli. No es casualidad que el escudo de Pío VII todavía domine el techo de la Catedral como muestra de agradecimiento por la amplia renovación pictórica y decorativa de la Catedral de San Lorenzo en 1816.

El primer momento de la peregrinación “chiaramontiana” fue la audiencia con el Papa Francisco en la Sala Nervi por la mañana. Francisco recorrió la vida de Pío VII, “monje, abad, obispo y Papa”, quien en todos estos roles mantuvo siempre una fe fuerte y un servicio valiente a la Iglesia. Es importante el episodio, subrayado por el Papa Bergoglio, de su respuesta a quienes le pedían someterse al imperio napoleónico.

A riesgo de ser arrestado y llevado al exilio, pronunció el famoso «Non debemus, non possumus, non volumus – no debemos, no podemos, no queremos». Francisco indicó luego “tres valores clave de los que fue testigo y que son también esenciales para nuestro camino personal y comunitario: la comunión, el testimonio y la misericordia”. Pío VII «supo transformar la arrogancia de quienes querían aislarlo y distanciarlo, despojándolo públicamente de toda dignidad, en oportunidades para relanzar un mensaje de entrega y amor a la Iglesia». Fue también “un valiente anunciador del Evangelio, con su palabra y con su vida” y un hombre prudente y de caridad “destacado por algunas reformas e iniciativas sociales de gran alcance”.

Por la tarde, en el interior de la Basílica de San Pedro, se celebró la Misa presidida por el Cardenal Mauro Gambetti y concelebrada por Mons. Parmeggiani y otros obispos. El Evangelio ofreció un elemento de reflexión sobre la fidelidad de Pío VII en el seguimiento de Cristo, Buen Pastor. Finalmente, la oración de todos los peregrinos ante la tumba esculpida por Thorvaldsen en 1831.

Antonio Marguccio

PREV Milán-Génova, alineaciones probables: la jugada de Pioli en ataque
NEXT el informe termina en la fiscalía