En el cielo de Molfetta compiten las nubes y el sol, una lucha que recuerda un poco al viaje musical de Serena Brancale. Una voz poderosa y refinada, una presencia escénica al estilo Juno, un eslogan que le permitió recibir un protagonismo adicional que, sin embargo, al mismo tiempo podría eclipsar todas las otras bellas páginas de su álbum musical.
Ayer, en el Eremo Club de Molfetta, tuvo lugar una fiesta ecléctica de experimentación musical volcánica. Los smartphones están ansiosos por inmortalizar el ‘obsceno’ éxito social ‘Baccalà’, Serena lo sabe y por eso regala en primer lugar su tarjeta de presentación musical, mucho más refinada. Van desde homenajes a Pino Daniele y Lucio Dalla, hasta referencias entre gospel y motown. Canciones que nunca tuvieron la difusión que merecían resuenan. ‘Malas intenciones’ sobre todo. Entre los numerosos presentes se encontraban los familiares del artista. Es un concierto que huele a Sur. Un Sur talentoso que todavía tiene que salir adelante, que sabe abrir la caja de Pandora de los estereotipos, convirtiéndolos en fortalezas y, obviamente, en puntos de negocio.
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