comió sobras de bandejas en un restaurante de comida rápida

el habia ido a Livigno, en Alta Valtellina, para una entrevista de trabajo y allí desapareció. Nueve meses de vacío. Y ahora Vincenzo D’Introno, de Apulia, de 22 años y originario de Bari, ha sido encontrado en el centro comercial de Fiumicino, en las afueras de Roma. Unos guardias de seguridad del centro comercial lo encontraron al verlo en estado de confusión: sospecharon al ver al niño comiendo las sobras de otros clientes de comida rápida.

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Así se acercaron a él: «Cuando nos dijo que se llamaba Vincenzo entendimos que era él porque esa misma mañana le había pedido a un colega que llamara a casa.»dijo uno de los dos vigilantes al programa de televisión Pomeriggio Cinque.

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En ese momento se personaron en el lugar la policía y un representante de la asociación Penélope. «Antes de llamar para alertar a la policía, nos acercamos a él – cuenta la Asociación Penélope al programa – porque mientras tanto estábamos en contacto con sus familiares que ya habían emprendido su viaje. Pero no lo logramos». Pero no había duda de que era Vincenzo: esa mañana llamó a su madre, tenía el número. Ella lo reconoció de inmediato. En todos estos meses no se sabe dónde ha estado el joven de 22 años, también porque nunca se han recibido informes. Al principio se pensó que había cogido un tren hasta Milán y se había quedado allí. Sólo se supo con certeza que el pasado 8 de julio el niño había tomado un autobús desde Livigno con destino a Tirano, otro municipio de la provincia de Sondrio, probablemente con el objetivo de llegar a Milán y luego poder regresar a Bari por última vez. La familia luego silencio. La familia nunca ha dejado de buscarlo en todos estos meses.

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