“Nunca más catástrofes como ésta. Cambiaremos la Romaña”

El plan especial post-inundación que la estructura de comisarios para la reconstrucción, la Autoridad de Cuenca y la Región presentaron ayer en Bolonia tiene las características de una verdadera revolución en el aspecto de Romaña. El general Giancarlo Gambardella, de la estructura del comisario, no se anduvo con rodeos: “Es la primera vez que se elabora un plan como éste para cuestiones críticas no sísmicas y contra inundaciones. Los planes anteriores contra terremotos se dedicaban a la reconstrucción: aquí estamos Estamos haciendo otra cosa, estamos planificando como lo será Emilia Romagna en el futuro para prevenir riesgos de inundaciones”. El plan se encuentra todavía en un nivel preliminar: los detalles de las intervenciones estarán contenidos en el plan de implementación firmado por el Comisario Figliuolo, previsto para el 30 de junio. Mientras tanto, sin embargo, las coordenadas de las operaciones a implementar perfilan una reorganización global de la región tal como la han conocido las últimas generaciones. “Ya no es concebible reconstruir Emilia Romagna como era antes – intervino el director de la Autoridad de Cuenca Andrea Colombo –, es necesario un cambio de paradigma. Los diques que se elevan entre la Via Emilia y el mar llevan la huella de principios del siglo XX. siglo: un sistema que ya no es adecuado en relación con lo que ha sucedido y lo que sucederá. Los terraplenes ya no se pueden aumentar en altura, no se pueden levantar, hay que retroceder los terraplenes, para dar más espacio a los ríos, y permitirlos controlados. Se trata de dejar salir el agua de las crecidas de los ríos, para que su presión no provoque roturas de riberas”. Y este es sólo el primer capítulo: “Se necesitan normas que limiten el desarrollo urbano en las zonas inundadas. En las zonas urbanizadas más peligrosas y cercanas a los ríos, habrá que implementar reubicaciones”. Si los terraplenes llevan la firma de principios del siglo XX, la red de carreteras adolece a veces de dos mil años de historia. “En lo que respecta a los puentes, seguiremos tres directrices – continuó Colombo –. En primer lugar, la compatibilidad hidráulica: debemos tener una comprensión clara de cómo un puente interfiere con las inundaciones y las consecuencias que esto puede tener en el entorno. Posteriormente , hay que definir las intervenciones de restauración, adaptación o, si esto no es 100% posible, al menos mejora, hay que decidir las condiciones transitorias de funcionamiento: cómo gestionar el puente, cómo realizar el mantenimiento”. Una aclaración necesaria que aclara un elemento que ahora está claro para muchos: la reconstrucción tardará años, o quizás décadas. Los embalses de ampliación son obras públicas que, por definición, sufren aplazamientos tras aplazamientos: “un embalse de nueve hectáreas de extensión como el de Baganza en la zona de Parma no es factible en todas partes – precisó el vicepresidente Priolo –. Por eso es imprescindible diseñar las zonas de desbordamiento controlado”. El plan “ya obtuvo el dictamen preliminar favorable de los ministerios”, concluyó Gambardella.

Filippo Donati

PREV Taranto, recurso rechazado: Benevento queda en tercer lugar
NEXT Ferrarelle está contratando en Campania: el enlace para postularse