ya está integrado con Montesilvano y Spoltore

Una herramienta flexible, que nos permitirá intervenir a lo largo del tiempo en todas las cuestiones críticas presentes en la zona.

La Peba, aprobada estos últimos días por el Ayuntamiento, aborda de forma orgánica el problema del acceso a todas las estructuras territoriales de las personas con discapacidad, entendida de forma más amplia, pero también de quienes se desplazan por la ciudad con necesidades particulares, aquellas que pueden tener los mayores y las madres con cochecitos.

“Un instrumento flexible porque mira ya hacia el futuro – explica el concejal de Movilidad Luigi Albore Mascia – es decir, hacia ese momento de desarrollo que constituirá el nacimiento de la gran Pescara: nuestro plan para la eliminación de Por lo tanto, las barreras arquitectónicas ya están diseñadas para integrarse con las de los municipios de Montesilvano y Spoltore. Y creemos que esto es un valor añadido frente a la necesidad de tener una visión amplia del territorio. También porque Pescara es una ciudad donde, por diversos motivos, de estudio, de trabajo o de diversión, gravitan personas que vienen de muchos centros cercanos y también de fuera de la provincia, personas que necesitan encontrar una respuesta a sus necesidades de acceso”.

La propuesta de proyecto aprobada, contenida en un documento de 180 páginas, prevé una microzonificación que divide la ciudad en ocho áreas: Lungomare Nord – Centro, Colli-Nord, Colle del Telegrafo, Portanuova, Lungomare Sud-Pineta Dannunziana, vía Tiburtina – suburbios del sur, aeropuerto, Nochevieja y tiene en cuenta tanto las disposiciones del plan de movilidad urbana sostenible como la oferta de transporte público local. También en relación a la densidad poblacional de las diferentes zonas de la ciudad.

“Los principales contenidos – subraya el concejal Albore Mascia – fueron presentados y compartidos, durante reuniones, también con las asociaciones interesadas presentes en la zona. Es un documento que puede enriquecerse aún más con contenidos, pero que sin duda irá a parar a obras de ese edificio que data del tiempo en nuestro territorio, que será necesario modificar con intervenciones incluso importantes. Durante la aprobación se incluyeron precisamente aquellas modificaciones que nos permitirán establecer, tanto en la planificación trienal como en la del año. anual, una asignación de fondos dedicada precisamente a la eliminación de barreras arquitectónicas”. “Se trata de un documento que llega después de treinta años de espera – afirma la presidenta de la Comisión de Políticas Sociales, Maria Luigia Montopolino – y que nos permitirá seguir trabajando en la ciudad en el futuro, adaptándola a la evolución del tejido social. y contexto territorial”.

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