Honestidad intelectual. Salvatore Ciullo, entrenador del Barletta, lo demuestra cuando habla de la clasificación de su equipo. Penúltimo con 30 puntos, de los cuales sólo uno ganado en las últimas cuatro jornadas del campeonato, -1 respecto al penúltimo Gallipoli, -5 para la pareja Angri-Fasano y +3 para el descenso directo representado por Bitonto. Al regresar del 3-0 en Martina, el vaso está inexorablemente vacío.
Entre las ideas que Ciullo -8 puntos en 10 partidos bajo su dirección- evalúa para cambiar de ritmo en los últimos 180 minutos de la temporada regular está el cambio de formación: abandonar el 4-3-3 para pasar al 4-4-2 podría asegurar equilibrios diferentes para un equipo que sufre limitaciones estructurales.
Recuperar a los jugadores lesionados – desde Lacassia hasta Camilleri, pasando por Lobosco, Eyango, Garofalo y Del Prete – es un objetivo prioritario de cara a un partido vital como el del próximo domingo en Puttilli contra Fasano. Recuperar la victoria que estuvo ausente desde el 18 de febrero es la única manera de volver a conectar con una afición impaciente por los resultados. Ciullo también se muestra autocrítico en este tema.
Primero Fasano, luego el viaje a Angri el 5 de mayo. El calendario, con dos enfrentamientos directos, permite al Barletta seguir apasionado por su destino de asegurarse al menos un lugar en la parrilla del play-off de supervivencia. ¿Pero cuántos puntos se necesitarán para jugar los playoffs?
