AGI – El gesto artístico es siempre e inevitablemente un gesto político. Este es un hecho (que, lamentablemente, casi nunca corresponde a lo contrario) que se hace aún más evidente en tiempos de grandes tensiones geopolíticas como los actuales. La Bienal de Arte de Venecia de este año es una inmersión en la geopolítica contemporánea.
Obras, instalaciones, pinturas, lemas, palabras que pasan de lo conceptual (a veces incomprensible) propio del arte contemporáneo a un universo de referencias y citas que hablan de conflictos y tensiones, de pueblos obligados a migrar y de sufrimiento.
Un ejemplo de ello es el pabellón israelí, escoltado por soldados del ejército y cerrado en señal de protesta, como explica un cartel colgado por los propios artistas, hasta que se alcance un verdadero alto el fuego o un acuerdo para la liberación de los rehenes. Pero también lo es el pabellón ruso, entregado a artistas bolivianos en señal de protesta por la invasión que sufre Ucrania. Sin olvidar la creación de un improbable Consulado de todos los pueblos africanos, con bandera y con vistas al Gran Canal.
Y por último (pero partiendo de ahí) sin olvidar el tema mismo de la 60ª edición de la Bienal de Arte: “Extranjeros por todas partes”. Un título-manifiesto en el doble sentido de “encontrar extranjeros en todas partes” pero también de “encontrarse extranjeros en todas partes”.
“La ciudad que concibió la primera Bienal Internacional de Arte hace 129 años renueva sus promesas de curiosidad y amor por el conocimiento – explicó el presidente de la Bienal Pietrangelo Buttafuoco – las mismas que empujaron a Marco Polo, que celebra setecientos años de su desaparición, a visitar y conocer culturas percibidas como distantes y amenazantes. Integrarse, extranjero en aquellas tierras, en virtud de un intercambio sinceramente humano e igualitario. Eran los tiempos en los que en el mercado de Rialto resonaban lenguas, etnias, estilos y vitalidad. Y muchos países tenían los Fondeghi (de los turcos, de los sirios, de los alemanes) en Venecia, depositarios de su manufactura y de su ingenio. La Bienal con sus Pabellones Nacionales, obras, visitantes y artistas de todo el mundo ya estaba ahí, en el destino de la ciudad. De hecho, para Venecia la diversidad ha sido una condición esencial de normalidad desde el principio. En un proceso de reflexión y comparación con el otro, nunca percibido en términos de negación.
La exposición presenta 331 artistas y colectivos que han vivido o viven en y entre 80 países, incluidos Hong Kong, Palestina y Puerto Rico, demostrando cómo los artistas siempre han viajado y trasladado por las más variadas razones. El foco principal de la Bienal de Arte de 2024 está, por tanto, en aquellos artistas extranjeros, inmigrantes, expatriados, diaspóricos, exiliados o refugiados, en particular aquellos que se mueven entre el Sur y el Norte del mundo.
La inauguración de la 60ª edición
La Bienal de Venecia anunció que en el primer día de apertura al público, hubo 8.697 visitantes en las sedes de Giardini y Arsenale, con un +5% en el primer día en comparación con la edición récord de 2022.
En los cuatro días anteriores de preapertura de la 60ª Exposición (16-19 de abril) hubo 26.795 personas acreditadas (+19% respecto a los días de preapertura de 2022).
Los periodistas acreditados en la 60ª Exposición son 4.315, de los cuales 2.880 proceden de la prensa internacional (67% del total).
La 60ª Exposición Internacional de Arte, titulada Stranieri Ovunque – Extranjeros en todas partes y comisariada por Adriano Pedrosa, permanecerá abierta al público hasta el 24 de noviembre de 2024.
