«Los comunicados enviados a la prensa por el alcalde y su mayoría (que evidentemente nadie tuvo el valor de firmar) fueron una segunda violencia, una segunda humillación que no merecía, porque no soy un instrumento en manos de nadie y No inventó nada. A los que ni siquiera firman, sólo les digo una palabra: ¡Vergüenza!
Que todos sepan que soy una mujer libre e independiente, que sufrió un ataque verbal en tonos y palabras de absoluta vulgaridad y que se sintió humillada frente a muchos presentes. Este asunto no puede catalogarse como una cuestión política porque, contrariamente a lo que se intenta hacer creer, no soy un instrumento en manos de ningún instigador o director.
Ahora mi único objetivo es proteger mi imagen pública y defender mi equilibrio interior de cualquier intento de mistificación o, peor aún, falsificación de la realidad.
Concluyo diciendo que los órganos competentes decidirán sobre lo ocurrido y no permitiré que lo haga el “tribunal de las redes sociales”, lamentablemente canalizado expertamente por quienes, con poderosas herramientas, quisieran hacerse pasar por víctimas”.
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