Escenas del Lejano Oeste se produjeron hoy al mediodía en Piazza Castello, en el corazón de Afragola, un municipio en las afueras de Nápoles. Una discusión entre dos familias, ya envueltas en desavenencias en el pasado, degeneró en una violenta pelea con bates de béisbol y, posteriormente, en un tiroteo.
El saldo es de cinco heridos, tres de los cuales fueron alcanzados por disparos (uno en la pierna y otro en el abdomen, el más grave) y dos heridos por objetos contundentes, incluso en la cabeza. Afortunadamente, la vida de nadie corre peligro.
El tiroteo se produjo cerca de la iglesia de San Giorgio, donde poco antes se habían celebrado algunos bautismos. Las balas explosivas y los casquillos encontrados en el lugar por la Policía Estatal y los Carabinieri, que intervinieron para la investigación, presagian una situación que podría haber sido mucho más dramática.
Consternación y enfado entre la población y las instituciones. El alcalde de Afragola, Antonio Pannone, define el incidente como “inadmisible”, subrayando el agravante del tiroteo ocurrido a pocos metros de una iglesia frecuentada por familias con niños. Pannone denuncia la “absurda facilidad de tener armas de fuego” y pide un mayor compromiso del Estado en la protección del territorio.
El prefecto de Nápoles, Michele di Bari, ordenó inmediatamente intensificar los servicios de control en la zona y convocó una reunión del Comité provincial de orden público y seguridad para discutir las medidas a adoptar para evitar que se repitan episodios similares.
