Atalanta, aire festivo y caravana colectiva: «Vamos todos a Monza»

El rumor empezó a circular hace días.. Pero para recordar a los aficionados del Atalanta (si es necesario) la marcha colectiva que les espera. Mañana por la tarde, una pancarta colocada antes del partido contra el Liverpool en Viale Giulio Cesare, a pocos metros de la Curva Norte, se encargaba de ello: «Todos a Monza en scooter». recitó. Mientras tanto, pocos momentos después de que el Atalanta consiguiera el acceso a las semifinales de la Europa League, estalló la celebración de los aficionados nerazzurri. A pie, con petardos y bombas de humo, en coches y sobre dos ruedas, con sonido de bocinas acompañando pañuelos y banderas ondeando.
Volviendo a la pancarta, más que una sugerencia el escrito suena a reclutamiento a la vista de la caravana.
Lo cual, aunque los viajes en moto no son nada nuevo, tiene todo lo necesario para entrar en los anales de los nerazzurri: «Será la primera vez que saldremos en moto para un partido que el Atalanta jugará de noche», señala Daniele Belotti, ex del Norte Diputado de la Liga y seguidor acérrimo del Atalanta.
Él también llegará al U-Power Stadium en su scooter, acompañado de su hija Béatrice: «Pero todavía tenemos que decidir quién conducirá».

La caravana de los aficionados nerazzurri tiene sabor a amarcord. Un ritual colectivo que hunde sus raíces en 1988 con la salida de la primera caravana. Este paró dos veces en Brescia, luego en Monza, Como y Milán (viaje conocido por el Booster que los ultras del Inter quemaron y lanzaron desde las gradas de San Siro).

El año pasado, a principios de abril, la carga de cien scooters nerazzurri partió del Viale Giulio Cesare en dirección a Cremona: «El viaje más largo entre los que se hacen en moto», recuerda Belotti.
Para mañana, aunque no hay datos numéricos ciertos sobre la participación, se han fijado las coordenadas organizativas de la caravana: Nos reunimos a las 15.30 horas en la plaza del pequeño bar y salimos media hora más tarde, para llegar tranquilamente a Monza a tiempo para el partido inaugural previsto para las 20.45 horas. Luego el regreso a casa, en plena oscuridad. Un escenario similar al de las celebraciones tras el doble partido contra los Rojos que dirige Klopp: pocos momentos después del final del partido, los primeros fuegos artificiales comienzan a volar en el cielo bajo la Curva Norte.

«Increíble», «una velada única», son las frases recurrentes de quienes abandonan el Gewiss Stadium. El sueño de ver al Atalanta llegar al final de la competición europea ya no parece una utopía. «Además de la clasificación y de una segunda parte perfecta, el aplauso de Klopp en la Curva al abandonar el terreno de juego fue uno de los momentos más emotivos», observa Marco Saita. «Fue una velada inolvidable desde el punto de vista hormonal – añade Belotti -. Una cosa es ganar a puerta cerrada en Europa y otra ganar en Anfield al Liverpool y vivir una noche como ayer, con una Curva que contó con un apoyo increíble. Este paso a la siguiente ronda es una de las mayores victorias del Atalanta en Europa”.
Desde el estadio los aficionados se trasladan a Porta Nuova. La gran cara sonriente de Gasp ondea sobre una bandera frente a los propileos, mientras la gente canta y baila. Todos se detienen sólo cuando llega en coche Cristian Raimondi, colaborador técnico; En ese momento, el coche se inunda de selfies de los fans.

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