Al grito de ‘Canarias hold un limit’ (Canarias tiene un límite), decenas de miles de vecinos de las ocho islas del archipiélago canario protagonizaron movilizaciones simultáneas, que comenzaron a mediodía, para protestar contra un modelo de desarrollo basado en el turismo de masas y sobre la explotación del medio ambiente y de los recursos naturales que agota el territorio.
Miles de personas convocadas por asociaciones ecologistas y sociales dijeron basta al exceso de turismo en las islas, “insostenible y en beneficio de unos pocos, que no repercute positivamente en las islas, expulsa a los residentes y dificulta la convivencia”.
Otras ciudades ibéricas y extranjeras también se suman a la movilización, que sólo en Tenerife reunió a más de 15.000 personas según la policía, entre ellas Málaga, Granada, Madrid, Barcelona, Ámsterdam, Londres y Berlín.
Los vecinos del archipiélago piden un cambio en el paradigma de desarrollo del sector, que si bien genera el 40% del empleo y aporta el 36% del PIB de las islas, “no distribuye la riqueza entre la población, pero provoca una escalada de precios de la vivienda y es la causa del agravamiento de las desigualdades, con el riesgo de exclusión social del 33% de la población”, informa Pilar Arteta, ecologista lanzaroteña.
Canarias registró en 2023 el mayor número de llegadas de turistas a España, 13,9 millones de personas, frente a una población residente de 2,2 millones que registró las mayores tasas de pobreza -hasta el 33% de la población está en riesgo de exclusión-, según informó según el informe anual sobre la Pobreza en España, Arope.
Contra el modelo de explotación intensiva, que “consume una gran cantidad de recursos, se concentra en las zonas costeras de las islas y transforma el territorio”, los manifestantes exigen “medidas inmediatas” como el establecimiento de una ecotasa para los turistas, una moratoria turística y leyes que permiten el acceso preferencial a las viviendas de residentes y trabajadores.
