Dos pesos y dos medidas, el caso Sicilia y la operación Pandora

Dos pesos y dos medidas, el caso Sicilia y la operación Pandora
Descriptive text here

Allá Sicilia Tal vez ya no es noticiaevidentemente, porque mientras en Bari el mundo se movía para disolver el Municipio, debido al concejal investigado, en Palermo por un caso más sensacional, de vicepresidente regionalPiantadosi ni siquiera levanta una ceja. También para entender por qué una investigación dura 9 años, y no nueve meses. Como si fuera una práctica de apilamiento. ¿Es la vieja regla del doble rasero o hay algo más?

Ciertamente el gobierno regional no es hostil al nacional, pero ¿por qué esto? disparidad? Mientras tanto, comencemos diciendo que las normas para la disolución de los municipios infiltrados por fenómenos mafiosos están codificadas y utilizadas desde hace algún tiempo, mientras que para las Regiones, órganos de segundo nivel, no existen normas específicas y precedentes al respecto. Estuvo el caso de Val d’Aosta, infiltrado por la Ndrangheta, pero tampoco llegó allí, a pesar de que las investigaciones habían determinado que tres presidentes regionales habían sido elegidos con el voto de la ‘ndrina local, tras su disolución por decreto ministerial. del organismo regional.


Pero lo que emerge es más uno renuncia de los medios, Sicilia ya no es noticia, para ponerla en primera plana sería necesario algo monstruoso ya, y no lo esperamos en lo más mínimo. Ahora somos considerados, por el resto del país, como uno comunidad irredimible y por tanto dejados a merced de nosotros mismos, de nuestra sensibilidad. Que sinceramente ahora está enrarecido, también hemos perdido el gusto por la indignación, la incredulidad y el asombro.

Parece que damos por sentado que la política es ahora prerrogativa exclusiva de métodos poco ortodoxos, y bajo la escoba permanente del poder judicial investigador, que nos mantiene al baño María durante años, mientras se administran entidades, se recogen votos, se construyen carreras, se cambian mayorías. Todos interceptados, espiados, interdictos, a veces detenidos, suspendidos, con pleno respeto y confianza, a todas luces falsa, en la labor del poder judicial. La palabra de la que más se abusa es serenidad, estoy tranquilo de que mi extrañeza será reconocida, cada vez que se usa aumenta la cuenta bancaria de algún penalista. Y evidentemente también están tranquilos los ciudadanos, que van cada vez menos a votar y creen cada vez menos que la política cambiará sus esperanzas. Pero, ¿puede la política cambiar la vida de otros cuando no cambia el comportamiento de uno?

En Sicilia no hay una cuestión moral, sino ontológica, ni siquiera deontológica, y tal vez incluso antropológica. Estamos hartos del cristianismo, no del de la catequesis, sino de ese sentimiento que nos hace estar de acuerdo con quienes cuentan, con quienes tienen un poder intimidante o arrollador, el homo cristianus, entendido como mafia. Esto se puede ver en la dinámica de Paternò y Tremestieri, la adhesión, la contigüidad, el enfoque no rechazado. Excepto entonces, tal vez, votar unánimemente a favor de fondos para las asociaciones anti-raqueta. Una hipocresía consciente. Escuchar a Claudio Fava, ex presidente de la Comisión Antimafia, describir la realidad actual da una sensación de tristeza infinita. Hubo un momento, después de 1992, en el que la gaviota de una Sicilia que se liberaba de la lógica atávica pareció alzar el vuelo. Entonces ese sueño de volar, como decía Gaber, se marchitó y nos quedamos en el suelo, empapados en el barro de una existencia sin redención. La música de la redención ha terminado y los amigos, nuestros hijos, los muchachos, se van de esta isla. Y seguiremos viendo crozze supra nu cannunicon alguien que se empeña en cantar trallallaro trallallà.

Fotos de la reciente operación Atenea

Tags:

PREV Trapani-Sant’Agata, las probables formaciones y dónde verlo
NEXT Car-T: acceso, usuarios y gestión del Patient Journey Una investigación sobre el “A. Neri” de Regio de Calabria | Atención sanitaria24