Livorno hacia el récord de gradas vacías Il Tirreno

LIVORNO. Temporada fallida y estadio desierto. Este es el escenario que afronta el Livorno para el partido del domingo contra el Sangiovannese ávido de puntos.

Cuando anoche cerró la taquilla de Piazzale Montello, había alrededor de un centenar de entradas vendidas en el portal vivaticket.

A menos de cuarenta y ocho horas del partido, la respuesta de la ciudad y de la afición es bastante clara. No tiene sentido seguir esperando algo que no llegará.

El buen tiempo anunciado para mañana y el relevo con el derbi de baloncesto hicieron el resto, pero el verdadero problema fue la actuación del Livorno que, a falta de tres días para el final del campeonato, sólo espera las matemáticas para saber una vez más que Ni siquiera el año que viene estará en los profesionales.

Los Amarantos están a ocho puntos del líder Pianese, ocupan la quinta posición detrás de Gavorrano, Grosseto y Tau. A falta de tres jornadas, basta que el Livorno no gane mañana o que el Pianese consiga los tres puntos en casa ante el modesto Sansepolcro para cerrar con absoluta seguridad la discusión por el ascenso.

Por supuesto, estamos hablando de números y matemáticas. Por lo demás, rendimiento y moral, el Livorno ya lleva al menos quince días fuera de la lucha por la Serie C. El reflejo de esta temporada, que empezó con grandes intenciones y acabó con un veredicto muy negativo, se puede ver, como se ha dicho, en la asistencia que habrá en el estadio el domingo. También porque es difícil pensar que los 1.600 abonados puedan estar todos en las escaleras del Armando Picchi.

Lo mismo ocurrirá dentro de ocho días contra Trestina, y mucho menos la semana siguiente en la lejana Orvieto. Y hay que tener cuidado de no malinterpretar: lo que tiene la afición no es desafección hacia la camiseta ni incapacidad para tragar tragos amargos. Es sólo la respuesta de un lugar que hace años que no conoce las alegrías deportivas en términos futbolísticos y que lleva tres temporadas tambaleándose en el amateur.

Finalmente, queda por entender cuál será la elección de la Curva Norte, siempre junto a la camiseta amaranto independientemente de las categorías. En Figline, el corazón de la afición desplegó una pancarta de protesta. ¿Mañana habrá silencio e indiferencia o protesta total?

Esto es lo único que interesa al entorno amaranto de cara al domingo. De las cuestiones sobre el terreno de juego, del regreso de Tanasa al centro del campo y de saber quién podría ser el once inicial de Mister Pascali, todo ello tiene poco interés ahora. La única esperanza es que llegue lo antes posible el 5 de mayo, último día del campeonato.

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