Tommaso está listo para regresar a la escuela gracias a un ventilador, su fuerza de voluntad y el compromiso de muchas personas que lo aman.
Y el instituto Gadda de Langhirano (Parma) le espera con los brazos abiertos, empezando por sus compañeros.
El estudiante, que no camina ni habla desde que nació, ingresó en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del hospital Maggiore durante 40 días tras una grave crisis respiratoria el 16 de noviembre. Fue dado de alta con una traqueotomía pero nunca perdió la confianza y el deseo de regresar a las aulas.
Y ahora, gracias a un compromiso colectivo que involucró a la familia, la escuela, los centros de salud y las asociaciones de voluntariado, podrá recuperar su lugar en la quinta promoción de Informática.
“También se ha instalado una cama en el aula – explica su madre Manuela a la Gazzetta di Parma – en caso de que sea necesario rescatarlo. Las dificultades que hemos tenido que afrontar no han sido pocas, también porque mi hijo siempre está conectado con oxígeno, pero gracias a un excelente trabajo en equipo podrá volver a clase”.
Tommaso, 19 años, tiene parálisis cerebral y para relacionarse con los demás utiliza un eye pointer, un apoyo para pacientes con discapacidad física, lingüística o cognitiva en la recuperación de la capacidad de comunicarse; en la práctica escribe con los ojos y el comunicador transforma sus mensajes en palabras.
El regreso a clases será progresivo, Tommaso asistirá a clases los lunes, martes y viernes y sólo dos horas al día. Una forma de recuperar un sueño: convertirse en técnico informático.
“Compañeros y profesores siempre se han mantenido en contacto con él durante estos meses de ausencia. Tommy es la prueba de que la escuela no es sólo una cuestión de enseñanza, sino también un encuentro positivo, a pesar de las dificultades”, añade la directora Alessia Gruzza.
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