Desde el martes, la mayoría de los padres de los niños de la escuela primaria Sant’Anna dejan salir a sus hijos durante el horario de comedor, porque con la llegada del nuevo curso escolar los costes del servicio aumentarán.
De los aproximadamente 120 niños matriculados en el servicio obligatorio (si no se presenta justificante), alrededor de 90 abandonan el instituto para volver a casa o para almorzar juntos en el parque de via Comerio.
“Con las delegaciones logramos organizarnos y sacar a los niños”, explican algunos padres. De hecho, los niños, a menos que estén autorizados con justificante, deben incorporarse al servicio de comedor, ya que el colegio de via Comerio está a 40 horas de distancia.
A partir de septiembre los padres deberán pagar 6,30 euros diarios por niño, mientras que hasta la fecha los costes son “5,80 euros para el primer hijo y el segundo al 50%”. Haciendo un cálculo rápido, una familia con dos hijos pasaría de pagar 43,50 euros semanales a 63 euros, casi 80 euros más al mes, calculando en cuatro semanas. Además, también hay quejas sobre la calidad de los alimentos, descritos como “demasiado cocidos y a menudo fríos”.
Los padres subrayan que las comidas “se cancelan para no desperdiciar comida”.
El próximo martes habrá una reunión con la administración municipal para “explicaciones, pero nos gustaría llegar a un acuerdo que nos acomode”. Pudiendo traer comida de casa, por ejemplo.
Y mientras tanto la protesta se extiende: mañana, de hecho, también se esperan salidas anticipadas en otras escuelas de la ciudad.
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