Padua. «Inclusión sólo a medias». Estos son los temas abordados en el libro de Luca Favarin, el sacerdote suspendido a divinis

Padua. «Inclusión sólo a medias». Estos son los temas abordados en el libro de Luca Favarin, el sacerdote suspendido a divinis
Padua. «Inclusión sólo a medias». Estos son los temas abordados en el libro de Luca Favarin, el sacerdote suspendido a divinis

PADUA – «Vivo en Padua, a 1.800 kilómetros de Kiev ya 1.600 de Lampedusa. Y me sigo preguntando: ¿está la frontera justo en medio de este desnivel de 200 kilómetros…

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PADUA – «Vivo en Padua, a 1.800 kilómetros de Kiev ya 1.600 de Lampedusa. Y me sigo preguntando: ¿la frontera se divide de cerca y de lejos justo en medio de este desnivel de 200 kilómetros? ¿Los dignos de los indignos? ¿Los verdaderos refugiados de los falsos?». Luca Favarin, que ya no es un “don” sino “solo” un educador que se ocupa de la inclusión de jóvenes en situaciones difíciles con la Cooperativa sin fines de lucro Path Life, partió de esta consideración para escribir el libro “Hermoso y blanco. No todos los refugiados son iguales” (Edizioni San Paolo), publicado la semana pasada, parte de su observatorio, es decir, de las actividades que ha iniciado para dar trabajo a los jóvenes que huyen de la guerra y la pobreza, estigmatizados sin embargo por el obispo y la diócesis que los han considerado “emprendedor” y no muy adecuado para un sacerdote. Pero aunque haya llegado la suspensión a divinis, y ahora Favarin está a la espera de ser devuelto al estado laico, no cambió su vida al servicio de los más pequeños, como atestiguan las páginas que escribió con entusiasmo y refiriéndose al Evangelio. «Es un volumen -señala- que cuestiona las contradicciones de una Europa que ayuda a unos y rechaza a otros, que defiende la paz pero vende armas de guerra, que integra a los que luego las devuelven, y margina a los que se quedan. No planteo temas, no propongo soluciones». Y entrando en el fondo, añade: «Observé lo que pasaba, sin investigar las justificaciones de la política que condujo a un conflicto. Mientras escribo no he mirado las razones de uno u otro bando, ni dónde está la verdad, si es que la hay en la guerra, sino que he considerado cómo hemos reaccionado ante la llegada de refugiados. ¿Por qué esta discrepancia? ¿Por qué, si por un lado cerramos los puertos de Lampedusa a los barcos con inmigrantes, por otro lado abrimos los brazos y vamos a recoger a los ucranianos en autobús?».

Los temas del libro.

El libro discurre en un doble nivel, inconexo y rápido, en ciertos momentos casi frenético, relatando con historias, testimonios de guerra hechos directamente por los migrantes. «Y en este “péndulo” que se balancea de un lado a otro de manera estresante, porque uno de los objetivos del volumen es precisamente crear estrés – continúa el autor – me detengo en el hecho de que la violencia, el sufrimiento, el dolor, e incluso la forma de narrar el propio país: en la práctica, el africano y el ucraniano narran las mismas experiencias, e incluso la forma en que se producen las fugas es análoga, en el sentido de que al alejarse tanto el migrante en el barco como el refugiado en el autobús tienen la misma mirada nostálgica hacia su tierra». ¿Y a qué conclusión llega? «Que nos es mucho más fácil aceptar lo segundo que lo primero. Son dinámicas psicológicas, quizás por las similitudes que tenemos con él, o por el “racismo cotidiano” que surge en la vida cotidiana, que nos llevan a crear relaciones con aquellos que son más parecidos a nosotros”. Finalmente, el libro trata el tema del pacifismo. «Hoy está en crisis – concluye Favarin – en la década de 1990 movilizó a las masas con campañas por el desarme, mientras ahora incluso los que se consideran pacifistas no están en contra de las armas: pero la paz es una cosa, la “no guerra” es otra. Estar del lado de los oprimidos no significa alimentar el conflicto, el odio y la violencia. Y siempre como observador pregunto: ¿Podrá el pueblo ucraniano que ha recibido solidaridad de todo el mundo conjugarla en un lenguaje pacífico, y no de venganza y malicia?

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en Il Gazzettino

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