La reseña del libro de Martino Gozzi, Bompiani, 200 pp., 17 euros
Hace falta una pluma madura y forjada en la vida para poder contar el dolor sin perderse en lágrimas, dando importancia a los gestos individuales, sumergiéndose en los recuerdos sin pretender encontrar el sentido último de la vida. Una lección que transmite Martino Gozzi en la página de sus memorias, El libro de la lluvia, editado por Bompiani.
Ferrarese, nacido en 1981, traductor, autor –en 2004 publicó su primera novela, Una volta mia con peQuod, seguida de Giovani promesse (2009) y Mil veces me cargó en sus hombros (2013, ambas para Feltrinelli)– como así como director gerente de la Escuela Holden de Turín.
Gozzi anuda los hilos de la memoria con una prosa limpia y brillante, tomando de la mano al lector en medio de la tormenta, con la intención de narrar un vínculo de larga data y la muerte muy dolorosa de Simone, una amiga de la infancia, una compañera de muchas aventuras, de sobrellevar el peso de la ausencia y esa necesidad de arrebatar una franja más de tiempo para mirar por última vez atrás y abrazarnos más fuerte.
Tres años mayor que el otro, Simone y Martino están unidos por una larga amistad. Simone toca el bajo zurdo al estilo de Paul McCartney, tiene una banda, compone música y es el tipo de persona que capta la empatía, abriendo el telón de la vida. Una piedra de toque para su amigo que, al desaparecer, opta por contarla con modestia y dulzura. Su enfermedad se llama leucemia, “la bofetada” que sacude la compañía de amigos -ya adultos y dispersos por el mundo- cada uno lidiando con su propia existencia, disputada entre hijos, trabajo y esas pequeñas pero inevitables cosas como ir de compras. Gozzi atraviesa una cesura dolorosa, saludando a la juventud y al mito mismo de la inmortalidad, de las posibilidades infinitas, de la felicidad inevitable.
En lugar de alejar el dolor, atravesándolo apresuradamente o algo peor, disfrutando de una sucesión de palabras no dichas y momentos releídos en nombre de una epopeya moderna de desesperación, en El libro de la lluvia, Gozzi se toma el tiempo para enfrentar el el duelo, reflexionando sobre el sentido último de la escritura y sobre “la maravilla de la pérdida a la vez oscura y luminosa”, aceptando que el sufrimiento invade los recuerdos sin corroerlos, y luego levanta la mirada hacia el futuro. No sin remordimientos pero con la conciencia de haber vivido juntos.
El libro de la lluvia
Martín Gozzi
Bompiani, 200 páginas, 17 euros