FIUMICINO – Un debate sobre los temas de la democracia y la libertad individual en el compromiso civil en el que monseñor Mario Toso dialogó con monseñor Gianrico Ruzza y el alcalde Mario Baccini.
La formación de la persona en la educación para la democracia como instrumento para la libertad de la persona es el mensaje que Su Excelencia Monseñor Mario Toso, arzobispo de Faenza-Modigliana, quiso subrayar, durante la presentación del volumen “Iglesia y democracia”, en la sala del consejo del municipio de Fiumicino. Toso subrayó la urgencia de una educación para la libertad, pero centrada en el respeto a los demás. Cada persona es singular pero también está abierta a la verdad, al bien, a Dios, a la solidaridad: “la libertad es también un compromiso de cada persona para liberar a los demás de las cadenas”. Para el autor «Es importante que el Estado de bienestar que debe permitir los derechos individuales y sociales» avance en el crecimiento de una «democracia deliberativa y no sólo participativa, en la que los ciudadanos contribuyan a la creación de servicios».
«La convicción de que la promoción de la persona humana es inseparable del desarrollo de la democracia, entendida sobre todo como la construcción incesante de sentido y forma de vida social y política mediante la aportación de todos, es una conquista de siglos pasados», escribe Toso en el volumen, una sugerencia que monseñor Ruzza subrayó apoyando la necesidad de mirar la formación a partir del territorio donde ya no existen “los organismos intermedios, sindicatos, partidos) que apoyaban al individuo en su crecimiento y en comparación con la sociedad”. Hoy – subrayó Ruzza – asistimos a fenómenos como el Hikikomori de jóvenes que se distancian, víctimas de lo que se ha reconocido como verdaderas patologías mentales, debido a la falta de formación y de acogida. Es importante que partamos de los jóvenes, de las diócesis, de todas las categorías sociales que necesitan reagruparse en valores.
Nuestra experiencia es precisamente la de reunir y apelar a quienes quieren y deben comprometerse a responder a esta necesidad de democracia mediante la realización de una escuela de formación que como primer acto ha consultado al mundo político del territorio, apelando a la responsabilidad de los administradores”. Haciéndose eco de los llamamientos de los obispos, el alcalde Mario Baccini reiteró la importancia de “pasar de la responsabilidad individual a sostener la responsabilidad colectiva, asumiendo la responsabilidad de ser administradores del territorio que mantienen un diálogo directo con los ciudadanos y las necesidades reales, último bastión de para volver a educar en política y en participación democrática, testimoniando con hechos la realidad de la doctrina social de la Iglesia que piensa en el bien común, que actúa por la comunidad”.
