El libro del Papa traducido al italiano con muchas pifias

Ya habíamos hablado de las numerosas imprecisiones contenidas en el libro de entrevistas. El sucesor creado por el periodista español Javier Martinez-Brocal con Francesco. En los avances que surgieron con motivo de la publicación de la edición española, se podía ver una reconstrucción bastante descabellada del cónclave de 2005, mostrando incluso al Papa argentino todavía evidentemente convencido de que se necesitaban dos tercios de los votos de los electores para la elección de su predecesor cuando, en cambio, Universidad Dominici Gregis Juan Pablo II abolió esa regla al optar por la mayoría absoluta tras 34 votaciones.

Coincidiendo con el lanzamiento de la edición italiana publicado por Marsilio, La republica ha publicado un extracto adicional que pone de relieve la falta de fiabilidad de lo que se lee en el libro. El Papa recuerda su primer encuentro con Benedicto XVI tras las elecciones de 2013 y se centra en el momento en que, en Castel Gandolfo, recibió los documentos de la investigación sobre los primeros Vatileaks llevada a cabo por los cardenales Julian Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi.

Martínez-Brocal, corresponsal del Vaticano de profesión para la vida cotidiana A B C y para la televisión El sexto, y por lo tanto debería tener un vago recuerdo del escándalo mediático más relevante de los últimos años relacionado con la Santa Sede, informa sin pestañear un sensacional error papal. El periodista español, refiriéndose al primer caso Vatileaks que involucró a Paolo Gabriele en 2012, pregunta al Papa: «Tengo la impresión de que el escándalo Vatileaks incluía dos casos: por un lado, el mayordomo que, después de haber robado los documentos confidenciales, había se filtraron a la prensa, por otro los “mal funcionamiento” de la Curia. ¿Algún día sabremos cómo fue realmente?”. Bergoglio responde: «Había una verdadera camarilla involucrada. Hubo quienes maniobraron, quienes engañaron… Entre las víctimas estaba también el entonces cardenal Pietro Parolin, que querían impedir su nombramiento como Secretario de Estado”.

La respuesta deja claro que el Papa, durante la conversación, cae en un malentendido pero el periodista no sólo no se lo señala personalmente, sino que durante la revisión parece haber dado por válida esa reconstrucción y la pone tal como está en el libro. De hecho, los primeros Vatileaks a los que se hace referencia en el diálogo y que llevaron a la investigación de los tres cardenales estallaron en mayo de 2012, todavía reinando Benedicto XVI. En ese momento Pietro Parolin, señalado como víctima de ese complot, aún no era cardenal sino sólo nuncio apostólico en Venezuela. No hubo nombramiento del prelado veneciano al frente de la Secretaría de Estado que en aquel momento seguía en manos del cardenal Tarcisio Bertone. Incluso en la hipótesis de una sustitución de este último en el último pontificado, siempre rechazada por Benedicto XVI a pesar de las peticiones de muchos en la Curia, el nombre de Parolin nunca se había filtrado entre los posibles sucesores. El ex nuncio en Venezuela fue elegido por el nuevo Papa en agosto de 2013, mucho después de las maniobras de los llamados cuervos vaticanos en los primeros meses de 2012 y con un cónclave de por medio.
Por lo tanto, está claro que no existe conexión entre los primeros Vatileaks de la pregunta y los supuestos intentos de impedir el nombramiento de Parolin como Secretario de Estado en la respuesta. No es de extrañar que Francesco, un hombre de 87 años con algunos problemas de salud, se sienta confundido por los hechos y las fechas de hace más de diez años.

Pero ¿cómo puede un experto vaticano que pretende escribir un libro sobre las relaciones entre los dos últimos Papas ¿No se dio cuenta, entre los muchos errores del libro, de una pifia de este tipo y presumiblemente aceptó convertirlo en un extracto con el que promocionar la edición italiana? El sucesor hace que el Pontífice reinante parezca un “abuelo” – simplemente para citar a Francisco sobre Benedicto XVI, que era sólo nueve años mayor que él – y ciertamente no hace que el autor de la entrevista que dejó estos errores de lápiz en las páginas brille azul . Un nivel de dejadez que nos lleva a cuestionar, una vez más, la eficacia de las numerosas entrevistas concedidas por Bergoglio y los resultados de la falta de filtrado que debe realizar la comunicación de la Santa Sede en estos casos.

PREV “Un bosque de libros Verano”, encuentro con Cristina Marconi en el Palacio Eugenio Maestri el 26 de junio de 2024
NEXT “Muchas vidas por un sueño”, Sara Romoli presentará “El sueño”, el segundo libro de la trilogía – ValdarnoPost – Valdarno News