“Gnanca na busia”, una novela campesina escrita en una hoja es el libro más importante de 2024

“Gnanca na busia”, una novela campesina escrita en una hoja es el libro más importante de 2024
“Gnanca na busia”, una novela campesina escrita en una hoja es el libro más importante de 2024

Marchi resume su vida campesina hecha de penurias económicas, servilismo hacia los terratenientes, un papel maternal inagotable, que llega hasta el final sólo cuando el espacio material de la hoja ya no puede contenerla.

Quién sabe qué piensas de mis escritos; pero las escribí para mí, y para no ofender a nadie, te escribí como siempre me dictó mi corazón desde la verdad”. el escribe asi Clelia Marchicon todas las conjugaciones del verbo to have sin h, cuando está por terminar Gnanca na busia – La novela de toda la vida escrito en una hoja (Il Saggiatore). Y en una era en la que la novela autobiográfica se ha convertido en alimento masticado a priori, el lenguaje y la estructura sintáctica preenvasados ​​para perseguir objetivos de referencia precisos, la historia de la existencia de campesina de Mantua que vivió en el siglo XX (1912-2006) con sólo el segundo grado ofrece un soplo creativo de aire fresco y una innovación formal extraordinaria, aunque involuntaria. Siempre tan inclinados y repitiendo mecánicamente y buscando el mejor lenguaje posible, el más traducible, el más exportable, aquí está el fluir ininterrumpido de la tribulación y la resignación, del dolor y fuerza atávica obra vital de Marchi – 184 líneas escritas con rotulador en una doble hoja de su ajuar nupcial – se convierte en un testimonio libre, sincero y éticamente puro.

Marchi resume su vida campesina hecha de penurias económicas, servilismo hacia los terratenientes, un papel maternal inagotable, que llega hasta el final sólo cuando el espacio material de la sábana ya no puede contenerla. Y es en esta forma abierta, en esta falta de un patrón reconocible, de un público al que ofrecer la tarea lacada, que Gnanca na busia (ni siquiera una mentira, de hecho) mientras tanto impacta y envuelve al lector. A esto hay que sumarle que Marchi ofrece su experiencia como si fuera un brotar natural de una fuente emocional, un corazón abierto hacia la benevolencia de clase y una mimesis antropológica, confesional, amigable con las masas campesinas que como ella han sufrido y conservado su dinamismo. economías socioeconómicas predemocráticas hasta al menos el primer período de posguerra.

Y es precisamente en el peculiar tejido lingüístico, aparentemente reinventado, donde las tres primeras personas singulares del verbo to have ya no llevan la h sino el acento en la vocal dejada sola, donde las consonantes se dividen y duplican en función de un sonido de oído ( “estábamos atrapados”, “el refugio”, etc…), donde la puntuación oscila según un ritmo interno y mental a seguir, donde Muchas palabras se transforman a través de la jerga y el dialecto. (“que haría falta un intérprete para decir todo lo que quisieras decir”), Marchi se presta a esa creación artística fuera de esquemas sectoriales, paradigmas de crítica, prejuicios culturales, para reubicarse en auténticos destellos poéticos (“pensar que la vida es sólo una sombra que pasa sobre la tierra, como todo en el mundo, y va a acabar donde hay pan de oro y por tanto a la muerte”).

Pero no hay nada patético en el espíritu que impulsa a la mujer a escribir: por supuesto, las lágrimas (por los hijos enfermos, el marido que muere y luego despierta el deseo de una historia autobiográfica), el deseo de compartir las propias desgracias y fragilidades, pero la conciencia de género es fuerte y presente (“así era para todas las mujeres: trabajar, comer y dormir; por lo que nunca pudieron expresar sus ideas… se conformaban con muy poco…”) como las “altas” referencias al mundo campesino (“este es el verdadero árbol del zueco, verdadero y sincero”, probablemente refiriéndose a la película dy Ermanno Olmi lanzado precisamente en los años en que la mujer comenzó a escribir el libro). como el explica Saverio Tutino En el prefacio de la primera edición de 1992, el libro tiene “en la primera parte una progresión lineal y cronológica, en la segunda un movimiento circular y sinuoso” como para preparar el reencuentro con su amado marido con quien Marchi firma su autobiografía el la sábana. La nueva reedición de Il Saggiatore busca un nuevo intento de “hacer prevalecer la voluntad del autor” frente a algunas imprecisiones de la versión de 1986, depositada en el Archivo del Diario Nacional de Pieve Santo Stefano por la propia Marchi.

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