Por el contrario, crece el riesgo de que la guerra en Ucrania se amplíe. Todos los ojos están puestos en Moldavia. Según Kiev, Rusia quiere “provocar una crisis política” en el país y “encender un conflicto interno usando Transnistria”. Para los rusos, sin embargo, es Ucrania la que está preparando una “provocación armada” en Transnistria a través de “saboteadores disfrazados de militares de la Federación Rusa”, para luego culpar a Moscú. Una hipótesis rotundamente negada por el gobierno de Chisinau.
Los temores que han crecido en las últimas semanas fueron confirmados por Dionis Cenusa, el analista moldavo del Centro de Estudios de Europa del Este en Vilnius, Lituania: “Moldavia se enfrenta a una amenaza rusa concreta”, confirmó en una entrevista con El dia. Aunque por ahora se descarta una intervención militar rusa en Moldavia: “Las condiciones no están dadas. En 2022 Rusia, invadiendo Ucrania, intentó avanzar por el sur para tomar Odessa y establecer un vínculo entre Transnistria y Donbass. Era un plan ambicioso. y ha fracasado. Ahora no hay condiciones para intentarlo de nuevo. Rusia usará las fuerzas que le quedan para tomar el Donbass, que es su objetivo estratégico, mientras el sueño de avanzar hasta Transnistria, cruzando de nuevo el río Dniéper, es no es realista. Tal vez a alguien en el Kremlin le gustaría, pero no tienen la fuerza y lo saben”.
El razonamiento por ahora es que Moscú, en cambio, apuntaría a alimentar manifestaciones callejeras para tratar de derrocar “democráticamente” al gobierno pro-occidental de Chisinau: Moscú quiere tener un gobierno neutral que retire la solicitud de membresía en la UE y no amenace los intereses geopolíticos de Moscú. “Están todas las condiciones para que lo intenten aunque las protestas no sean muy extensas. Rusia quiere crear inestabilidad y beneficiarse de ello”, explicó Cenusa.