Todos los padres tienen expectativas de sus hijos. Una de todas, que son sociables, pero no siempre es así. Y para educar a no ser, muy a menudo se cometen graves errores…
Última actualización: 04 de marzo de 2023
El niño tímido muestra lo que podríamos considerar defensivo frente a personas que no conoce.. Algunos de ellos se esconden detrás de sus padres cuando un extraño quiere saludarlos; otros miran hacia abajo y se congelan. Se sienten incómodos en grupos y generalmente se retraen en situaciones que son nuevas para ellos.
Muchos padres se preguntan si el niño tímido nació así o se convirtió en uno. El Dr. Jerome Kagan ha realizado una serie de estudios en los que ha podido comprobar que aproximadamente un 20% de los niños nacen con predisposición a la timidez. Sin embargo, cuando el ambiente es favorable, este rasgo disminuye con el tiempo hasta casi desaparecer. Por tanto, en la timidez hay componentes innatos, pero también adquiridos.
Kagan señala que lo contrario también es cierto. A veces el pequeño no es introvertido, sino que se convierte en un niño tímido debido a la educación que recibe. Factores como la violencia doméstica o patrones de crianza inapropiados favorecen este rasgo. Entonces, ¿cuáles son los principales errores de los padres en estos casos? Los siguientes son cinco de ellos.
“El objetivo nunca debe ser que el niño sea el niño más extrovertido del planeta, sino que pueda hablar con los niños que conoce, saludar a los miembros de la familia, poder relacionarse con niños nuevos o participar moderadamente en grupos pequeños. .».
-Álvaro Bilbao-
1. Oblígalo a interactuar
Este es uno de los errores más frecuentes que cometen los padres de un niño tímido. Por alguna razón, piensan que la timidez es un rasgo que se puede eliminar. Muchas veces lo interpretan como un efecto de debilidad o exceso de mimos.
Obligarlos a interactuar, utilizando pocas o ninguna estrategia adecuada, puede intensificar la timidez o incluso conducir al desarrollo de una fobia social.. Así como es importante exponerlos a ambientes abiertos, también es importante monitorear el grado en que lo hacemos, especialmente si este tipo de situaciones genera mucha ansiedad.
2. Habla por el niño
En este caso lo que se produce es una conducta sobreprotectora en la que se pretende proteger al niño tímido del malestar que le provoca la interacción con los demás. El efecto es el mismo que forzar: aumenta la timidez. Ayudarlo a construir su burbuja no lo ayudará a socializar más. Todo lo contrario.
Si tu hijo no quiere hablar, es mejor no presionarlo, pero tampoco hablar por él. Lo mejor es que los padres socialicen de forma normal para que el niño vea un patrón de cómo relacionarse con los demás.
No conviene centrar la atención en lo pequeño. Si alguien te pregunta algo, debes darle margen para ver si responde. Si no lo hace, debes seguir adelante sin centrarte únicamente en su actitud.
3. Avergonzarlo o compararlo
Lo último que necesita un niño tímido es que sus padres lo avergüencen. Si ante su conducta inhibidora cosas como “vamos, di algo” o “responde, no seas tonta”, el pequeño se sentirá mucho más inhibido a la hora de expresarse. De hecho, puede comenzar a temer situaciones sociales.
Otra forma de avergonzarlo es compararlo con sus hermanos u otros niños. Esto significa descalificarlo, aumentar su inseguridad y lastimarlo. Cada pequeño es diferente y es humillante que lo comparen con los demás.
4. Hablar de su timidez: Un error a no cometer con el niño tímido
Un caso similar al anterior ocurre cuando los padres, con la intención de ayudar, traicionan al niño frente a personas que no son muy cercanas a él. Por ejemplo, decir: “Juan es tímido, así que mejor no le pregunto”. Parece que le está confesando su debilidad, cuando en realidad es sólo su forma de ser, tan válida como la de los demás.
El niño tímido se siente angustiado cuando llama demasiado la atención o cuando las miradas de los demás se fijan en él. No necesita una etiqueta en la frente que tenga que usar como un estigma frente a los demás.
5. El niño tímido y la agenda apretada
Muchos padres creen que una forma de facilitar la socialización de un niño tímido es crearle un horario ocupado. Clases de piano, natación, pintura, baile, etc.
Este enfoque no suele funcionar, sobre todo cuando el niño muestra muy pronto interés por buscar un modelo para saber cómo debe organizar su tiempo, y lo hace de forma espontánea. Lo que un niño, tímido o no, necesita es mucho amor y apoyo, así como reconocimiento y evaluación de su progreso. Tienes que animarlo a interactuar, no presionándolo, sino motivándolo.
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