Los últimos meses se han caracterizado por el fenómeno climático global conocido como “El niño”: desde junio de 2023 ha provocado, en combinación con el calentamiento global antropogénico, temperaturas récord, tanto a nivel del mar como a nivel del océano.
Sin embargo, ahora este fenómeno está a punto de ceder ante la temporada de verano: como lo indica el últimas previsiones del Centro de Predicción Climática (PCC) de NOAA, desde mayo de 2024 las anomalías de la temperatura de la superficie del mar (TSM) han estado muy por debajo de los promedios climáticos en la mayor parte del Océano Pacífico ecuatorial; Esta es la señal de que otro fenómeno está por comenzar, el conocido como la nina.
Indica un Enfriamiento de la temperatura del agua superficial en el Océano Pacífico central y oriental. que influye frecuentemente en el clima de nuestro planeta, con diversas consecuencias también en Europa e Italia, ya que consigue modificar la circulación planetaria de grandes figuras atmosféricas. El siguiente mapa resalta la anomalía negativa (en azul) justo en el Océano Pacífico frente a la costa de América del Sur.
No solo, Una de las consecuencias más peligrosas de La Niña en el mundo está vinculada a la aparición de tormentas en el sector Atlántico. De hecho, genera condiciones más favorables para la formación de Huracanes en la cuenca del Atlántico Norte, en particular debido al gradiente de viento más débil en altitud y a una mayor inestabilidad atmosférica. Estas condiciones no sólo favorecen huracanes más numerosos, sino también más duraderos, planteando así un mayor riesgo de impacto en tierras americanas.
Este tipo de fenómenos, que antes prácticamente sólo afectaban a los océanos, también se están produciendo cada vez más en el Mediterráneo. (Huracán mediterráneo), con consecuencias potenciales que también conciernen estrechamente a nuestra Italia. el riesgo, para nuestro país, es tener eventos extremos como tormentas y en los casos más excepcionales los llamados “Inundaciones repentinas” que afectan normalmente a zonas estrechas del territorio (como ocurrió en Toscana y Romaña en 2023, en Ischia y las Marcas en 2022 y en 2021 en Sicilia, por citar las más recientes), descargando grandes cantidades de agua al suelo.
A situación potencialmente muy peligrosa. En concreto, en los próximos meses, según las últimas actualizaciones de Europa Central, todavía podríamos tener largas fases secas, aunque interrumpidas por estas tormentas particularmente intensas.