La aplicación en España de la nueva normativa sobre concesiones de playas, solicitada por Bruselas, ha creado el caos entre los propietarios de los chiringuitos históricos de Formentera. La mayoría de los locales tendrán que cambiar de dirección porque casi ninguno de los propietarios ganó el concurso, que impone normas más estrictas que en el pasado en términos de respeto medioambiental, volúmenes y criterios de construcción. Davide Busi tiene 55 años y es el propietario y fundador de la famosísima Afortunado, uno de los ocho chiringuitos históricos situados a lo largo de la playa de Migjorn (Formentera), que ahora se ve obligado a cerrar. Pero Davide no tiene intención de darse por vencido, al contrario. «Ya he puesto todo en manos de un abogado porque hay demasiadas cosas que no cuadran. Mientras tanto, ya hemos presentado una denuncia ante la Guardia Civil. Los ganadores del concurso son personas importantes, que tienen otras concesiones aquí en Formentera, incluido el puerto. Cuando hicieron públicas las ofertas, nos adelantaron 0,80 céntimos de punto”, cuenta Il Resto del Carlino.
«Abriré otro local en otro lugar»
«En la práctica, para la licitación se deben presentar tres sobres: el primero con la acreditación, el segundo con el proyecto técnico y el tercero con la oferta económica. En lugar de abrirlos en orden, el sobre que contenía la oferta económica se abrió antes que el que contenía el proyecto técnico. No es fácil, lo que estamos sufriendo es grave”, añade. Busi hace saber que defenderé esta lucha hasta que se haga justicia. «Pero –precisa con sabor amargo en la boca–, vaya como vaya, he decidido que Lucky sea el primer y el último chiringuito. Encontré un lugar en Sant Francesc Xavier, en el centro de Formentera, me gusta la ubicación aunque no sea en la playa. Sin duda será extraño, después de 30 años en Lucky no es fácil cambiar en unos meses, pero veremos cómo va”.
