La junta de Myanmar ha suspendido la emisión de permisos para hombres que quieran trabajar en el extranjero, semanas después de introducir una ley de reclutamiento militar que ha llevado a miles de personas a intentar abandonar el país.
La junta, que está luchando por sofocar la oposición armada generalizada a su gobierno, dijo en febrero que implementaría una ley que le permitiría convocar a todos los hombres a servir en el ejército durante al menos dos años. Esto llevó a miles de personas a hacer cola para obtener visas frente a las embajadas extranjeras en Yangon, mientras que otros intentaron cruzar la frontera hacia la vecina Tailandia para escapar de la ley.
Así, el Ministerio de Trabajo ha decidido “suspender temporalmente” la aceptación de solicitudes de hombres que deseen trabajar en el extranjero. La medida, afirma el ministerio, es necesaria para “verificar los procesos de salida y para otras cuestiones”.
Según una estimación de la Organización Internacional del Trabajo que cita datos del entonces gobierno, en 2020 más de 4 millones de ciudadanos birmanos trabajaron en el extranjero. La cifra, sin embargo, podría ser mucho mayor dado que, según los analistas, muchos trabajan ilegalmente en el extranjero.
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