El Príncipe Harry en la Catedral de San Pablo (la misma donde se casaron sus padres, Carlos y Diana) para un evento de Acción de Gracias por el décimo aniversario de los Juegos Invictus. Y a unos cientos de metros, el sonriente rey Carlos, celebrando la primera fiesta del verano en los jardines del Palacio de Buckingham. Harry dejará hoy Londres (rumbo a Nigeria, donde se reunirá con su esposa Meghan) y no se habrá reunido con su padre: ni siquiera cinco minutos, cara a cara, para hablar con él, que está en tratamiento contra el cáncer desde febrero. Desde Palacio le hacen saber que el rey tiene la agenda demasiado ocupada y no tiene espacio para recibirle.
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Así, otro capítulo más de la disputa dentro de la Familia Real Británica tuvo lugar ante los ojos de los súbditos. El rey Carlos está demasiado ocupado con sus compromisos para poder ver y encontrarse con su hijo, que ha decidido abandonar la ‘Firm’, el negocio familiar, para seguir a su esposa americana a través del Atlántico. Ayer pasó la tarde a las puertas del Palacio Real, junto a su esposa, la reina Camila, la princesa Ana, los duques de Edimburgo y los duques de Gloucester. El monarca, que está siendo tratado por un cáncer no especificado, se quitó su sombrero negro para escuchar el himno nacional, al final del cual la multitud aplaudió ruidosamente; luego bajó las escaleras y se mezcló a charlar con los invitados. El rey visitará hoy una escuela de ingenieros del ejército británico en el sur de Inglaterra, otro de los compromisos de su agenda pública que retomó el 30 de abril, después de haber suspendido sus actividades durante tres meses a causa de su enfermedad. Este nombramiento precede a otro, también de carácter militar, que se producirá el 13 de mayo, cuando traspasará el cargo de coronel jefe del Ejército del Aire a su hijo mayor y heredero al trono, el príncipe Guillermo. en el centro aeronáutico de Middle Wallop, en el condado de Hampshire.
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Las personas maliciosas señalan que el anuncio de este nuevo honor otorgado a su hijo mayor se hizo pocos minutos después de que Palacio anunciara que Carlos no tenía tiempo para Harry. Lo cierto es que lo que acentúa las distancias entre padre e hijo es el hecho de que entre los dignatarios presentes al servicio de los Juegos Invictus se encontraba Earl Spencer, hermano de la princesa Diana. En las pocas horas que permanecerá en Londres tampoco se espera que Harry vea a su hermano, que ayer asistió a una ceremonia en el Castillo de Windsor. William continúa equilibrando el trabajo con el cuidado de sus tres hijos mientras su esposa Kate se somete a quimioterapia preventiva contra el cáncer y se recupera de una cirugía abdominal importante en enero. Harry, después de los innumerables ataques, todavía permanece muy alejado de la Familia Real.
