Una revolución está a punto de sacudir el mundo de las dos ruedas. Kawasaki prepara un golpe propio para los amantes del mototurismo.
La anticipación crece en el mundo de las motos deportivas. Últimamente se ha hablado mucho sobre una nueva criatura de Kawasaki lista para redefinir los estándares del segmento sport-touring. Es un segmento lleno de propuestas pero la compañía japonesa está a punto de revelar algo realmente especial, un modelo que promete combinar lo mejor de dos mundos: el confort de un crossover y las prestaciones de una superbike.
El proyecto es decididamente ambicioso, las necesidades en muchos sentidos son difíciles de conciliar, pero el resultado está a la altura de las más altas expectativas. ¿El objetivo? Creando una motocicleta capaz de satisfacer tanto a los pilotos más exigentes que buscan emociones fuertes como a los viajeros que no quieren renunciar al confort en largas distancias.
La revelación que nadie esperaba
Todo empezó con una filtración de noticias en Australia. Documentos de aprobación, para ser precisos. El tipo de cartas que suelen pasar desapercibidas, pero esta vez hizo que los expertos levantaran sus antenas. Entre líneas burocráticas, un nombre: Ninja 1100 SX SE.
Para quienes saben de motos, estos números y siglas son más elocuentes que mil notas de prensa. Kawasaki no se limitó a actualizar su sport-tourer insignia. Lo replanteó por completo, empezando por el corazón: el motor.
El desplazamiento aumenta a medida que pasas. de los 1043 cc actuales a los 1099 cc. Un salto significativo, que promete llevar la potencia más allá de los 150 caballos. Pero la verdadera revolución está en otra parte. Por primera vez en una motocicleta de este segmento, Kawasaki introduce suspensión semiactiva. Una tecnología hasta ahora reservada a los modelos emblemáticos, que promete transformar la experiencia de conducción.
Imagínese poder pasar del modo “alfombra voladora” para viajes largos por autopista a una configuración de pista con solo presionar un botón. Este es el sueño que Kawasaki parece querer hacer realidad. ¿Demasiado bueno? ¿Demasiado atrevido? No para una casa que muchas veces ha conseguido el objetivo de estar un paso por delante de todos.
Naturalmente, como en toda historia que se precie, todavía quedan muchos interrogantes. ¿El diseño seguirá fiel a la línea actual o veremos una revolución también en la estética? Y luego la cuestión de las preguntas: ¿cómo reaccionarán los competidores ante un paso como éste?
Por ahora sólo podemos imaginarlo. Pero una cosa es segura: el próximo EICMA promete ser más interesante que nunca. Y quién sabe, puede que Kawasaki tenga otras sorpresas guardadas. ¿Quizás una Z 1100 desnuda? Para la posteridad la ardua sentencia.