Italia ha registrado una de las peores actuaciones online de su historia en el Mundial: el mejor italiano en Zúrich fue Giulio Ciccone, 25º en meta con un retraso de más de seis minutos respecto al ganador Tadej Pogacar. La prueba ofrecida en el exigente circuito suizo fue aún más modesta de lo que se podía esperar la víspera y es la prueba de fuego perfecta de las dificultades que está encontrando el Bel Paese entre los profesionales.
El técnico Daniele Bennati volvió al partido del domingo en una publicación publicada en su perfil de Instagram: “Todavía no he superado la amargura del Mundial. Y cuando vuelves a casa con las manos vacías de determinadas competiciones, hay que preguntarse qué se debería haber hecho para conseguir los resultados que no llegaron. La pregunta es diferente a si las cosas se podrían haber hecho de otra manera. De hecho, la respuesta a esta segunda pregunta es siempre afirmativa, pero el punto central del problema sigue siendo la primera pregunta. De hecho, incluso si se hubieran tomado decisiones diferentes, todavía habría que responder a la misma pregunta: ¿habrían conducido a un resultado diferente? En nuestro caso, ¿habrían traído al menos una medalla a Italia? Si Evenepoel no hubiera podido subir al podio, creo que puedo decir con certeza que la regla de la propiedad conmutativa también es aplicable al ciclismo: al cambiar el orden de los sumandos o de los factores, el resultado no habría cambiado”.
El Comisario Técnico también pidió disculpas por una deficiencia importante desde el punto de vista de la actitud: “El domingo, además de las piernas, ciertamente faltó la dosis adecuada de ira competitiva. Y me siento obligado a pedir disculpas por ello, también en nombre de todo el equipo, a los numerosos atletas italianos que nos hicieron sentir su calor en Zurich y a todos los que nos siguieron por televisión. Pero la verdad está a la vista de todos: 3 o 4 equipos nacionales, entre ellos, lamentablemente, no está Italia, pueden contar con algunos ciclistas que definirlos como fenómenos extraordinarios tal vez sería quedarse corto. Frente a ellos, incluso los corredores excelentes están inevitablemente destinados a dar una mala impresión.”.
La conclusión del exciclista italiano es muy clara e intenta mirar al futuro próximo: “Entonces ¿qué hacer en estos casos? Los marineros dicen ‘inclínate ante el viento y deja pasar la tormenta’. Y como las tormentas destruyen flores y plantas pero no semillas, en este periodo creo que debemos preocuparnos especialmente por la siembra.“.