Digámoslo con calma. Como comentarista a veces “subes de tono” dependiendo del público que te escuche. En hockey, si un jugador del Ticino marca en Ginebra, hay un “GOL” potente por parte de quienes comentan en italiano, mientras que en el Servette se reservan un pequeño “gol”. Luego viene la Liga de Campeones, las Águilas pasan a la final y luego, como representantes de Suiza, también se benefician de un bonito “GOL”.
Ocurre en todos los deportes, incluso en el motociclismo, donde, sin embargo, sin Thomas Lüthi desde noviembre de 2021, hay poco de qué gritar. Ningún suizo, las emociones hay que buscarlas en otros lugares, especialmente en la categoría reina. En 2014 Marc Márquez ganó los 10 primeros GP, había poco que “vender” en el micrófono, tal era su dominio. ¿Y hoy? Hoy se intenta hacer apasionante el desafío entre Pecco Bagnaia y Jorge Martín, con algunos invitados al banquete como Bastianini y Marc Márquez, mientras las migajas quedan para Yamaha y Honda, con Aprila encallada y KTM brilla sólo gracias al fenómeno Acosta.
En resumen, se trata de una Ducati monomarca empalagosa (me quito el sombrero ante el equipo Borgo Panigale), un poco como lo que ocurrió en la segunda parte de los noventa con las Honda de Doohan, Crivillé y Okada (100% de éxitos en 1997). ¿Te imaginas un F1 con Mercedes 4/5 siempre delante? Sería muy aburrido independientemente de los pilotos, como en el último año de los motores turbo en la F1 cuando en 1988 McLaren con Senna y Prost hicieron 15/16 (sólo Berger llevó a Ferrari al primer puesto en Monza).
Quedan 5 GP para que acabe la temporada de MotoGP, en unos días estaremos con Honda en Motegi. Donde MM93 encontró el último podio para los japoneses en 2023. Es el sprint final por el título, en la Ducati segura desde hace meses, hablando de presiones de neumáticos traseros, elegidas entre duras o blandas, en un campeonato del mundo que es un bonito medio. Mediano, en la monomarca Ducati. Y vender el producto MotoGP es un gran esfuerzo para gritar “GOL”, “SORPASSONE”, donde en cambio todo es muy plano.
(Foto Keystone)