El Inter se da por vencido con Sassuolo. Y los otros que son inseguros nos dejan muy mal

La victoria del Sassuolo sobre el Inter sorprendió a todos porque el equipo verdinegro atravesaba un período de crisis y confusión, evidenciado por las claras derrotas ante Lecce y Fiorentina, por lo que no se pensaba que pudiera vencer al campeón italiano. Y sin embargo sucedió y el resultado generó cierto descontento en los equipos que luchaban por sobrevivir. No hay declaración oficial, pero sabemos cómo funcionan estas cosas: algunas bromas, un pequeño arrebato y el descontento sale a la superficie. Este año la carrera por la salvación es aún más apasionante e incierta que de costumbre porque numerosos clubes están implicados (hoy son seis los que luchan por evitar las otras dos plazas que les condenan a la Serie B, destino ya sellado para el Salernitana). Y en una situación de equilibrio un resultado inesperado puede marcar la diferencia. Es bastante normal, por tanto, que la sorpresa dé paso rápidamente al enfado. Y como curiosidad: el día siguiente el Inter irá a jugar a Frosinone y todos observarán con mucha atención su actitud. El equipo de Di Francesco espera íntimamente que los campeones italianos sigan en modo de relajación, todos los demás esperan que Lautaro y sus compañeros redescubran la malicia y la eficacia demostradas a lo largo de esta extraordinaria temporada.

la duda

Pensando en el partido disputado en el estadio Mapei, hay que decir tres cosas. La primera es que el ambiente de celebración influyó en la forma de afrontar el partido por parte de los nerazzurri, que seguramente estaban agotados. La segunda es que el Inter hizo una primera parte absolutamente decente, marcando un gol anulado a Lautaro por fuera de juego milimétrico visto sólo en el VAR y creando otras dos buenas oportunidades con Dumfries (impreciso ante Consigli) y Sánchez (derecha salvada). La tercera es que la segunda parte fue decepcionante, pero también porque había muchas reservas sobre el terreno de juego: una elección de Inzaghi para eliminar la brecha motivacional con el Sassuolo. Pero este es precisamente el aspecto que más ha enojado a quienes luchan por la salvación. Por lo que se filtra, el principal motivo de descontento surge de la inclusión de jugadores poco utilizados y casi nunca decisivos durante el año, al margen de Barella. Según los demás clubes, si Thuram, Calhanoglu y Dimarco también hubieran entrado, no habría ninguna recriminación especial, aunque no se puede decir que el Inter hubiera empatado o ganado. El objetivo de 100 puntos ciertamente no fue suficiente para mantener el enchufe puesto. La segunda mitad de Mapei careció de la furia competitiva que se espera en cada ocasión. La realidad es probablemente que el Inter se ha acostumbrado bien (o mal…) a todos y por eso su derrota sorprende sobre todo si se trata de un partido que ciertamente no está a la altura del equipo campeón italiano. Lo que importa ahora es que este hermoso sprint se juegue en un ambiente sereno y con la conciencia de que, en comparación con hace unos años, en Italia está sucediendo lo que siempre hemos admirado de la Premier League: no hay partidos obvios, todos lo toman. Juegan hasta el final, cada uno con sus medios y con la mejor formación en ese momento según el técnico.

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