Tras la salvación y el triunfo, Génova podrá concluir la renovación del “director” Gilardino

Vittorio Sirianni

Finalmente Génova tomó el autobús 42 que los llevó a un lugar seguro. Y es con este autobús (dada la actuación de ayer contra el Cagliari) con el que podría seguir hacia paradas cada vez mejores.
Un partido que pareció una sinfonía dulce, ligera, suave, serena con el placer de ver a la gente tocar bien, con la alegría interior de quienes entendieron que el director de esta sinfonía tiene un solo nombre y apellido: Alberto Gilardino. Evidentemente, el mérito también es de toda la orquesta, pero en definitiva la batuta de dirección es sólo suya, de Gila.
Fue un placer ver a la gente tocar por el bien de la belleza, el placer de hacer cosas llenas de notas positivas. Basta pensar que Thorsby, que fue vilipendiado a su llegada y reevaluado por el entrenador, emergió como el mejor en el campo. Su determinación, su entrega al equipo, sus cabezazos (venció a todos sus oponentes en cada choque) le hicieron aplaudir por el público rossoblù que ama la generosidad y el apego al equipo.
Pasemos a hablar de Frendrup, un hombre en todas partes, que afortunadamente es todo Génova y que será también uno de los jugadores más importantes del próximo campeonato.
Defensa absolutamente inmejorable: desde el Muretto di Alassio (tan querido por Gilardino) hasta el muro defensivo tan querido por sus protagonistas.
Mirando toda la trayectoria de este equipo, es natural dar una opinión general muy positiva: lo hemos visto crecer desde la Serie B, ganándose el papel de protagonista desde el centro de la tabla en la máxima categoría. La sensación es que la “criatura” de Gila está bien formada y es capaz de afrontar tranquilamente los próximos campeonatos. Existe ahora una estructura que el técnico ha ido plasmando poco a poco, mes tras mes, año tras año, a su imagen y semejanza. En nuestra opinión, unos pocos retoques (pero de lujo) bastarán para intentar llegar al espacio europeo en tres años.

Gilardino satisfecho (foto de Génova CFC Tanopress)

En este sentido, ahora que la salvación ha llegado con grandes diferencias desde la zona peligrosa de la clasificación, corresponde (y el club no debe preocuparse) saber cómo acabará el “culebrón” del banquillo.
La lógica diría: acabar de una vez, quedarte con Gilardino, darle tres años de trabajo, un salario adecuado y acabar ahí.
Por otro lado, parece impensable, después de ver cuál es el valor actual del “equipo” gilardiniano, y cuál podría ser en el futuro, no creer en el técnico. Sería una enorme herejía.
Evidentemente será él quien dé su opinión: ahora se sabe que el club rossoblù le habría ofrecido al técnico un contrato de tres años, con más un millón de bonificación salarial y estaría esperando la respuesta del técnico.
El momento debería llegar: tanto es así que, después del partido, ningún directivo quiso hablar con razón, todos se hicieron a un lado (empezando por el presidente Zangrillo) precisamente para no tener que revelar lo que se decide entre bastidores.
Sin embargo, conviene darse prisa: ahora comienza la ronda de entrenadores en la Serie A, algunos se marchan y otros buscan trabajo. Y será un “tourbillon” improbable, dado que, además del Inter, estarán en juego al menos 12 clubes en busca de nuevos y antiguos entrenadores.
Vittorio Sirianni

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